El tiempo en la ciudad

El tiempo - Tutiempo.net

Iba a vender dos caballos para comer pero prefirió salvarlos en honor a su mamá

Rocío, tras la muerte de su mamá, se tuvo que hacer cargo de su familia y pensaba vender a los caballos por $200, pero el amor de su mamá por ellos pudo más.

Rocío vive en el Barrio San José de Almirante Brown y una tarde, sin dudar, llamó a Alejandra, una proteccionista de animales. “Señora, necesito dar mis caballos en adopción. Podría venderlos por unos mangos para zafar la olla, pero quiero darles una vida mejor. Muchos otros me negaron el espacio y sólo me queda usted. Eran de mi mamá, del carro. Y hace cuatro meses no salen a caminar, ni comen bien», le dijo.

«Mandame fotos y veo qué puedo hacer. No te prometo nada porque no tenemos ni un solo lugar para recibirlos y mucho menos dinero», le aclaró Alejandra, según publicó La Nación.

Sin embargo, tras ver las imágenes que Rocío le envió, la mujer supo que no podía dejar pasar más tiempo sin atender y cuidar de esos animales. “Sabía que ya no podíamos ingresar más animales en nuestro espacio. Sabía que nuestros aportes alcanzaban sólo para los que ya teníamos. Pero también sabía que era cuestión de días antes de que alguno muriera”.

Ante la pregunta de qué estaban comiendo, Alejandra cuenta: “La respuesta me partió el alma: hacía cuatro meses racionaban una bolsa de avena para los tres caballos. Y a veces, cortaban pasto con las manos para los tres. Me desesperé”.

Inmediatamente, valorando la actitud de Rocío de querer darles otra oportunidad a los caballos, Alejandra habló con su grupo de ayuda y les pidió encarecidamente que hicieran otro esfuerzo, y decidieron hacer lugar en el campo.

(La Nacion)

(La Nacion)

El encuentro

«Al llegar, el panorama era tremendo”, recordó la mujer. Alejandra viajó a ver a los animales.  “Es verdad que podrían haberlos vendido, pero quisieron cambiarles el destino, evitarles los golpes, el hambre y probablemente la muerte en los posteriores días”, manifiesta la mujer.

Rocío, junto a un veterinario, les extrajo sangre a los caballos para realizarles el test de Anemia Infecciosa Equina ya que según la normativa vigente, de dar positivo, deberían ser eutanasiados. Para bien de “Indiecito”, “La Colorada” y “Pedro”, como se llamaban los caballos, el test dio negativo, según informó La Nación.

“Hacía cuatro meses que los caballos no salían de un lugar que alcanzaba sólo para mantenerse parados en la misma posición, día tras día, sin acostarse, sin girar en el mismo eje”, relata Alejandra y cuenta que “había chapas oxidadas rozando las patas de los caballos. Faltaba agua. Los tres tenían una delgadez extrema”.

Sin embargo, el calvario terminaría pronto, los tres próximamente serían trasladados a un campo en la localidad de Suipacha.

(La Nacion)

(La Nacion)

La historia

Según pudo reconstruir Alejandra, Rocío es la hermana del medio de una familia extremadamente pobre. La madre, que falleció dos meses antes, usaba a “la Colorada” y a “Pedro” para tirar del carro con el que se ganaba el sustento.

Ante esta situación, Rocío tuvo que responsabilizarse de toda la familia, que sin la mamá quedó a la deriva.

Cuando llegó el día de decir adiós, Alejandra, en diálogo con La Nación, relató: «El día que nos los llevamos, Rocío me abrazo y al oído llorando me pidió que por favor los cuidara”.

Cómo están ahora

A un mes del rescate, según publica La Nación, los caballos están encaminados en la recuperación. Alejandra y sus compañeros esperan que el pronóstico sea el mejor: los caballos requieren buena alimentación para recuperar peso, antiparasitarios y los antibióticos prescriptos.

«La acción de Rocío con los caballos de su mamá resulta más que valorable. Con ella, con su familia, con sus caballos adquirimos un compromiso. Ese de tender una mano a quien lo necesita”, expresó Alejandra. Además, respecto a la recuperación de los caballos dijo: “Confiamos en que, una vez más, el Dr. Campo hará su milagro».

“Rocío es una gran persona. La apreciamos muchísimo. Deseamos que al igual que los caballos ella también tenga la oportunidad de vivir en libertad, me refiero, a una oportunidad laboral, económica, salir de la pobreza. Crecer.”, dijo la proteccionista de animales.

En ese sentido, Alejandra explicó: “Los caballos para ella son muy importantes, ella ama a su madre, y para ella, ellos forman parte de ella. Siempre dice que su mamá estará feliz en el cielo. Y a nosotros eso nos mueve el alma. Nos alienta a seguir”. Además contó: “Mucha gente se sumó a ayudar. Las manos de todos, hicieron todo posible. Absolutamente todo».