Mientras se reduce la brecha cambiaria, aumentan las reservas y los depósitos en dólares

Los tipos de cambios paralelos (MEP, CCL, blue/ilegal) continúan en el sendero de la estabilización, luego del cimbronazo cambiario de septiembre-octubre. Actualmente, al cierre de la tercera semana de febrero, las brechas con respecto al tipo de cambio mayorista oficial se ubican en torno al 57%-65%, mientras que a finales de octubre 2020 se encontraban entre 150%-110%.

Esto viene permitiendo al BCRA reducir el movimiento devaluatorio del tipo de cambio oficial, que durante noviembre-enero se aceleró a 3,5%-3,8% mensual, mientras que en los meses previos la depreciación venía siendo del 2,6%-2,8%. A falta de una semana para que culmine febrero, el tipo de cambio mayorista se movió un 2,1%, y de continuar con el mismo ritmo, cerrará el mes en torno al 2,7%. El gobierno busca que este año el dólar mayorista se mueva entre un 25%-29%, alineándolo al objetivo de cumplir con la meta inflacionaria que se propuso (29% interanual en 2021). En 2020, la devaluación del dólar mayorista fue del 40,5%.

Por otra parte, desde diciembre, las Reservas Internacionales comenzaron a incrementarse de manera más sostenida, presentando una dinámica positiva en gran parte de los días hábiles. Tal es así que de las 51 jornadas entre el 30 de noviembre del 2020 y el 19 de febrero del 2021, en 39 días las RR.II. crecieron y solo en 12 se redujeron. Entre diciembre y enero las Reservas se incrementaron en US$ 863 millones, mientras que entre agosto y noviembre del año pasado habían caído US$4.764 millones, fundamentalmente por la venta neta de divisas y la salida de depósitos en dólares.

La buena performance desde diciembre de las RR.II. se explica en gran parte por la compra neta de divisas que viene logrando el BCRA, a partir de la continuidad de la estabilización de la brecha cambiaria, el incentivo al complejo agroexportador a liquidar (baja transitoria de derechos de exportación, por ejemplo) y la menor monetización del déficit fiscal gracias al mayor financiamiento en el mercado de capitales local (que reduce la cantidad de pesos en la economía, lo que reduce en parte la demanda de dólares).

Es por ello que, desde el 30 de noviembre, el BCRA compró divisas en 38 de 51 jornadas, mientras que en tan solo 8 días presentó un saldo vendedor neto (y en 5 mantuvo el saldo en cero). El saldo actual, hasta el 19 de febrero, es de una compra neta por US$ 1.221 millones. En las dos primeras semanas de febrero el BCRA no presentó venta neta de divisas y compró US$ 456 millones. Las estimaciones indican que en la tercera semana (corta, por el feriado de Carnaval), la tendencia continuó.

Luego del cimbronazo cambiario de mediados de septiembre y buena parte de octubre del año pasado, se lograron estabilizar los niveles de brecha cambiaria, frenando paulatinamente la volatilidad y las expectativas a una fuerte devaluación sobre el tipo de cambio oficial que varios agentes económicos apostaron. Uno de los factores que viene permitiendo una menor presión sobre los tipos de cambios es el financiamiento neto positivo a través del mercado de capitales que está logrando el gobierno desde hace varios meses (luego de recomponer el default de los bonos en pesos generado en septiembre 2019 por el “re-perfilamiento” del ex ministro Lacunza), dado que permite reducir la emisión monetaria (de hecho, en enero la asistencia al Tesoro por parte del BCRA fue nula). La financiación a través de la asistencia al Tesoro (via adelantos transitorios y transferencias de utilidades por parte del BCRA) se incrementó de manera exponencial por los gastos extraordinarios producto de la pandemia, sobre todo en el primer semestre del 2020, dado que el resto de los mecanismos de financiamiento no se encontraban disponibles: el financiamiento externo se encuentra cerrado por el default de la crisis de sobre endeudamiento heredada (y en la cual la administración actual viene renegociando con los distintos actores, como el canje exitoso logrado con los bonistas privados en septiembre del 2020), la recaudación se desplomó en la primera mitad del 2020 por las restricciones sanitarias (vale destacar que en los últimos cinco meses viene creciendo en términos reales, con lo cual aporta al financiamiento actualmente) y el mercado de capitales local comenzó a dinamizarse recién en la segunda mitad del año pasado. En definitiva, la menor necesidad de monetización del déficit fiscal viene contribuyendo a estabilizar las brechas en los últimos tres meses y medio, aspecto fundamental para avanzar en la armonización de la macroeconomía que tanto necesita el país para crecer sostenidamente. (InfoGEI) Jd