La Federación de los Bomberos Voluntarios de Córdoba comunicó que unas 7.645 hectáreas pertenecientes al territorio provincial fueron afectadas por los incendios forestales y rurales que se detectaron durante el primer semestre del año. Además, la organización contabilizó los daños que estos ocasionaron en los cultivos, las colmenas y el daño ocasionado en los alambrados que se encontraban en los campos.
Por medio de un informe que abarcó el período entre el 1 de enero y el 30 de junio, los agentes del servicio de emergencia publicaron los resultados de los datos que fueron obtenidos por parte de los diferentes cuarteles de bomberos ubicados en las 12 regionales que abarcan el distrito, en donde precisaron que 4.597 hectáreas eran utilizadas para actividades agrícolas, 1.432 para uso ganadero, 333 para pastoreo de hacienda, 423 para bañados, 638 de monte autóctono y 234 que formaban parte de reservas naturales.
La investigación señaló que la mayoría de los incendios reportados eran de origen rural, lo cual habría tenido un fuerte impacto en la industria agropecuaria. Una de las principales consecuencias fue la quema de rastrojos, es decir, los cultivos secos que suelen quedar en el suelo después de una cosecha y que ayudan a fertilizar la tierra. En este sentido, el impacto del fuego habría generado una pérdida de fertilidad en esta y generaría un menor rendimiento en la siguiente temporada de siembra.
De acuerdo con las estadísticas presentadas por cada región, la zona que resultó más perjudicada por los incendios se trató de la denominada “regional 4″ conformada por las localidades de Carrilobo, Malvinas Argentinas, Las Junturas, Villa del Rosario, Luque, Monte Cristo, Río Primero, La Puerta, Los Chañaritos, Sacanta, Las Varillas, Saturnino María Laspiur, El Fortín, Alicia, Pozo del Molle, La Playosa y Matorrales, en donde se registraron un total de 2.607 hectáreas quemadas.
Un total de 7.645 hectáreas fueron afectadas durante el primer semestre
El mismo informe reveló que un total de 42.368 metros de alambrado utilizado en los campos agropecuarios se quemaron junto con postes y varillas utilizadas para los cercos, debido a que señalaron que son propensos a quemarse y difíciles de extinguir. En términos monetarios, el gasto representaría unos $2.391.340, al calcularse un costo de $130.000 por cada mil metros de alambrado. Además, unas 61 colmenas también resultaron afectadas.
Por otro lado, el relevamiento de datos brindó una cifra aproximada del monto que los productores agropecuarios deberán invertir para poder reutilizar las tierras después de los incendios, en específico, para los que se dedican al cultivo de maíz, soja, trigo, sorgo y girasol.
Entre estos, los encargados de la cosecha de maíz deberán destinar más capitales para implantar el cultivo, ya que gastarían unos $246.271 en el proceso aproximadamente, seguido de los productores de trigo con $193.720, los productores de girasol $193.550, los productores de soja con $183.490 y los productores de sorgo con $151.010.
La mayoría de los campos afectados pertenecían a productores agropecuarios (Télam)
En cuanto a las pérdidas de rastrojos, estas resultarían incalculables, ya que para conocerlo de manera detallada habría que estudiar el nivel de fertilidad de la tierra. No obstante, el informe señaló que se perdieron entre 7.000 y 9.000 kilos de maíz seco, 3.500 kilos de soja seca, 2.700 kilos de trigo seco y 6.500 kilos de sorgo seco, según los aportes que realizaron varios ingenieros agrónomos a la Federación de los Bomberos Voluntarios.
Por último, el sector ganadero se vería afectado directamente en la alimentación de los rebaños, debido a que la pérdida del pasto de campo natural los obligará a comprar fardos de alfalfa para poder suplir la dieta alimenticia de los animales.
De esta manera, calcularon que deberán gastar unos $720 por día multiplicado por la cantidad de animales poseen, suponiendo que el precio por kilo de alfalfa se mantenga a $36. Este gasto se extendería hasta la primavera/verano, ya que ese sería el tiempo que demoraría en volver a recuperarse el campo para pastoreo.
Por otro lado, el diario La Voz advirtió que en el segundo semestre del año podría empeorar la situación, debido a que los mayores incendios se despiertan entre julio y octubre. Sin embargo, las altas temperaturas para la época y la reciente presencia de vientos nortes que desataron los últimos focos en la zona del cerro Uritorco, Villa Yacanto y varias áreas del valle de Traslasierra serían un factor decisivo en el posible incremento de los casos.