Un grupo de especialistas del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnica (Conicet) descubrió una nueva especie de gliptodonte en Argentina que habitó hace más de dos millones de años en la ciudad bonaerense de Olavarría y habría pesado más de 470 kilos.
El hallazgo del Plohophorus avellaneda, un armadillo prehistórico, ocurrió en una cementera de la localidad de Olavarría en 2015, pero los resultados de la investigación se dieron a conocer recientemente en la revista científica internacional Journal of Systematic Palaeontology.
«Este descubrimiento permite conocer más acerca de las especies reconocidas para el género Plohophorus en el actual territorio argentino, identificando las relaciones con otras halladas en Uruguay», señalaron desde el Conicet, y agregaron que se trata de «uno de los cráneos de gliptodonte mejor conservados» para este período.
El trabajo publicado en la revista estuvo a cargo de distintos centros de investigación del país, como el Centro de Ecología Aplicada del Litoral (Cecoal, Conicet-UNNE); del Centro de Investigaciones Geológicas (CIG, Conicet-UNLP) y de la División Paleontología de Vertebrados del Museo de La Plata.
«Mediante el estudio de estos fósiles estamos logrando conocer con mayor profundidad la historia evolutiva y las relaciones entre los grupos de gliptodontes, uno de los animales más extraños que habitaron América hasta hace unos diez mil años atrás», agregaron desde el Conicet y destacaron el valor de la paleontología para comprender distintos avances.
Los restos fósiles del gliptodonte fueron hallados en 2015 en el predio de la empresa Cementos Avellaneda, de Olavarría, donde se encuentra la formación El Polvorín.
En este caso, analizaron restos que corresponden a la cabeza de un animal, que se encontraban en perfecto estado de conservación junto a otros restos.
Este mismo año, a principios de marzo, dos niños de 9 y 11 años habían encontrado los restos de un armadillo terrestre gigante de 5 millones de años de antigüedad en la playa San Carlos de Mar del Plata, que luego fue rescatado por el Laboratorio de Paleontología del Museo Municipal de Ciencias Naturales Lorenzo Scaglia.