Unas 43,2 millones de personas sufren hambre en América Latina y el Caribe mientras que, al mismo tiempo, la región registra niveles de sobrepeso y obesidad mayores a la estimación mundial, según el nuevo informe de Naciones Unidas «Panorama regional de la seguridad alimentaria y la nutrición 2023», que fue presentado este mediodía a través de una videoconferencia.
El documento señaló que el 6,5% de la población de América Latina y el Caribe sufre hambre, con niveles superiores a las cifras de 2019, previo a la pandemia de Covid-19, y hay 6 millones más de personas subalimentadas en comparación a ese período.
«Las cifras de hambre en nuestra región continúan siendo preocupantes. Vemos como cada vez nos alejamos más del cumplimiento de la agenda 2030 y no logramos mejorar las cifras previas a la crisis desatada por la pandemia de coronavirus. Nuestra región tiene desafíos persistentes como la desigualdad, la pobreza y el cambio climático, que han revertido al menos en 13 años el progreso en la lucha contra el hambre. Este escenario nos obliga a trabajar de manera conjunta y actuar cuánto antes», aseguró Mario Lubetkin, subdirector general y representante regional de la FAO para América Latina y el Caribe.
Sobrepeso y obesidad
El informe Panorama 2023 alertó que en los últimos 50 años las tasas de sobrepeso y obesidad se triplicaron, afectando al 62,5% de la población en la región. En ese contexto, precisó que el 8,6% de los menores de cinco años padece de sobrepeso.
«El sobrepeso y la obesidad son un creciente desafío, responsables de aproximadamente 2,8 millones de muertes por enfermedades no transmisibles en 2021 en las Américas», afirmó Jarbas Barbosa, director de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Barbosa consideró que es «preocupante» la prevalencia regional de sobrepeso en niños, niñas y adolescentes, que se ubica en el 33,6%, mayor al promedio mundial.
«Es urgente avanzar en la transformación de los sistemas alimentarios para garantizar una alimentación saludable para todos», destacó.
«El sobrepeso ha aumentado en las ultimas dos décadas con enfermedades como diabetes, ciertos tipo de cáncer y otros problemas de salud», se lamentó Garry Conille, director regional del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) para América Latina y el Caribe, y aseguró «hay que regular la publicidad de alimentos no saludables como bebidas azucaradas y los ultraprocesados, avanzar con el etiquetado frontal y aumentar el acceso a alimentos saludable».
El informe precisó que en 2022, 247,8 millones de personas en la región experimentaron inseguridad alimentaria «moderada o grave», es decir, se vieron obligados a reducir la calidad o cantidad de la comida que consumieron, o incluso se quedaron sin comida, en el caso más extremo con varios días sin comer.
Esta cifra significó una disminución de 16,5 millones con respecto a 2021, precisaron los autores del informe.
«De este reporte observamos que por primera vez desde 2014 hay una reducción de la prevalencia del hambre, sin embargo no podemos dejamos llevar por la complacencia, hay grandes retos porque el hambre y la inseguridad se ubican por encima de los niveles de antes de la pandemia», sostuvo en la videoconferencia Rossana Polastri, directora regional del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe.
«Una vez más, son las poblaciones rurales quienes se están quedando atrás, y por eso debemos priorizarlas en nuestros programas y políticas públicas».Rossana Polastri
Argentina, Brasil, Ecuador y Surinam registraron inseguridad alimentaria moderada o grave para un tercio de su población, aclaró el informe.
En comparación con el trienio 2014-2016, Argentina, Paraguay y Guatemala presentaron los mayores aumentos de inseguridad alimentaria moderada o grave, con más de 17 puntos porcentuales por encima.
Polastri advirtió que en 2022 la inseguridad alimentaria moderada o grave en las zonas rurales fue de 8,3 puntos porcentuales mayor que en las áreas urbanas.
«Una vez más, son las poblaciones rurales quienes se están quedando atrás, y por eso debemos priorizarlas en nuestros programas y políticas públicas», aseveró.
El informe de Naciones Unidas también advirtió que la prevalencia de la inseguridad alimentaria moderada o grave continúa afectando más a las mujeres que a los hombres.
«La falta de ingresos y el aumento de los precios lleva a reducir la cantidad y calidad de alimentos, con más procesados y menor valor nutricional».Mario Lubetkin
Aunque la brecha se redujo en la región, todavía es de 9,1%, siendo América Latina y el Caribe la región con la mayor brecha en todo el mundo.
América Latina y el Caribe tiene el costo más alto de una dieta saludable en todo el mundo, ya que el costo promedio de una dieta saludable a nivel mundial es de 3,66 dólares por persona al día, mientras que en esta región alcanza los 4,08 dólares al día.
«La falta de ingresos y el aumento de los precios lleva a reducir la cantidad y calidad de alimentos, con más procesados y menor valor nutricional», aseguró Lubetkin.
Por último, Lola Castro, directora regional del Programa Mundial de Alimentos (WFP por sus siglas en inglés), aseguró que «es necesario mantener a las personas en el centro del conjunto de soluciones frente a la inseguridad alimentaria y la malnutrición, particularmente en el contexto actual de la emergencia climática».