La imponente mansión de campo en Macachín que quedó abandonada porque sus dueños no tenían herederos

Esta majestuosa mansión campestre en La Pampa data de principios del siglo XX. Sin embargo, ahora, yace en un estado de abandono desolador.

Ubicada a pocos kilómetros de Macachín y en las proximidades de Rolón, esta casona construida en 1911 cuenta una historia de esplendor y lujo que ha quedado atrás.

Conocida como La Ysolina, su propietario, de ascendencia italiana, transformó el lugar en un vergel. Se dedicó a plantar una gran variedad de árboles que incluían tamariscos, pinos, olmos y eucaliptos. Sin embargo, la maravillosa propiedad, hoy en ruinas, quedó abandonada por falta de herederos. 

La historia detrás de la mansión abandonada en Macachín

La historia de la mansión campestre abandonada se remonta a la llegada de Pedro María Invernizzi e Isolina Teodora Landoni, su esposa, también de ascendencia italiana. 

Según Sebastián Delsol e información del Museo Macachín, tras su matrimonio en 1894, la pareja se estableció inicialmente como arrendatarios de un campo entre Doblas y Ataliva Roca. Se dedicaron a la cría de ovejas hasta que adquirieron una legua de tierra cerca de Rolón, donde erigieron el chalet que se convertiría en su hogar.

El chalet, construido alrededor de 1911 se edificó en la zona más elevada del terreno, rodeado de árboles plantados por el propio Don Pedro, quien además se destacó en la cría de toros premiados en exposiciones. 

La mansión era un símbolo de la opulencia y la finura de la familia Invernizzi. Isolina se caracterizaba por ser una mujer de fuerte carácter, y supervisaba con meticulosidad el funcionamiento del campo y los tambos, mientras que Don Pedro era conocido por su ayuda a los colonos judíos de Rivera, siendo ambos figuras respetadas y queridas en la región.

Su vida social activa se manifestaba en las numerosas reuniones y banquetes que organizaban en su hogar, donde la música y el baile animaban las tertulias. 

La leyenda cuenta que siempre había alguien vigilando desde el mirador, atento a cualquier peligro que pudiera acechar en el horizonte. Sin embargo, a pesar de su esplendor pasado, la mansión ahora yace en abandono.

(El Cronista)