Comenzó en Córdoba el juicio contra Roberto la “hiena humana” Carmona por el crimen de un taxista ocurrido a fines del 2022. La particularidad de este debate es que el acusado estará encerrado en una cabina de vidrio.
Se trata del cuarto por el asesinato del taxista Javier Bocalón sucedido el 18 de diciembre de 2022 durante una fuga, por lo cual está acusado por los delitos de evasión y robo calificado por el uso de arma y homicidio criminis causae.
Lo curioso de este debate oral es que se construyó una cabina de vidrio especial para que Carmona esté dentro durante el juicio y no realice ningún movimiento que genere peligrosidad para los presentes en la sala.
Conocido como “la Hiena Humana”, Carmona ya fue condenado en otros tres juicios, en dos recibió condenas a perpetua y en otro a 16 años de cárcel. En esta oportunidad, podría también recibir la pena máxima.
Por su parte, la defensa de los familiares de Bocalón está a cargo del abogado Carlos Nayi, mientras que la acusación será por parte del fiscal Hugo Antolín Almirón y la defensa del letrado Aníbal Zapata.
Cuándo y cómo ocurrió el crimen del taxista
El 18 de diciembre de 2022, Roberto Carmona se fugó durante una salida transitoria cuando se estaba disputando el partido de la semifinal entre Argentina y Croacia por el Mundial de Qatar. Según se detalla en la causa, “La Hiena Humana” evadió a cinco guardias y a un enfermero que lo cuidaban y secuestró el taxi que conducía Bocalón.
En medio de la huida, acuchilló al taxista, quien murió en el acto y, por el ataque, el vehículo chocó contra un árbol y comenzó una fuga de película que finalizó dos horas más tarde con su detención.
Las condenas anteriores de Roberto Carmona
Con menos de 23 años, Roberto Carmona ya tenía una condena de 10 años por robo, pero la Justicia de ese momento lo benefició con la libertad anticipada, y tras ello, cometió el asesinato de una adolescente de 16 años, Gabriela Ceppi en 1986.
El acusado secuestró, violó y fusiló de un disparo en la cabeza a la chica y después descartó su cuerpo en un campo de sorgo en la ruta 9, donde lo encontraron un mes más tarde. Dos años más tarde, fue condenado a reclusión perpetua con la pena accesoria de reclusión por tiempo indeterminado.
Sin embargo, dentro del penal de Córdoba siguió con ataques graves contra sus propios compañeros: le tiró caramelo caliente en la cara a un preso porque impidió que violara a su esposa y apuñaló a otro. Como no lo mató, le tiró agua hirviendo mientras dormía.
En 1994 asesinó a Héctor Vicente Bolea, un preso con el que compartía condena para disputarle el control del pabellón. Por este crimen, fue trasladado a una cárcel de Chaco y en julio de 1997 mató a Demetrio Pérez Araujo y lo sentenciaron de nuevo por homicidio.
Con tres condenas, dos a perpetua y la tercera a 16 años, en 2014 la justicia chaqueña lo autorizó a tener salidas transitorias y empezó a viajar a Córdoba cada cuatro meses para ver a su pareja.