De repente, a las 7.06, la caída del sistema eléctrico dibujó un paisaje inédito para la vida moderna: sin luces ni comunicaciones, sin radio ni televisión ni internet, sin semáforos en calles y avenidas, ni subtes, trenes o aviones.
Las historias personales sumaron anécdotas a partir de los padecimientos incontables de situaciones domésticas, hasta relatos mucho más dramáticos que se vivieron en hospitales o en aquellos hogares con familiares electrodependientes, por ejemplo.
El apagón masivo del 2019 puso en pausa la vida cotidiana de millones de argentinos, justo en una fecha tradicionalmente familiar como el Día del Padre que moviliza en particular a los comercios de servicios gastronómico, y que ese día tuvieron pérdidas millonarias.
Si bien no era un día hábil, el Día del Padre es una de las fechas comerciales más importantes del año, en especial para los miles de locales que suelen contar con reserva completa y grandes pedidos desde semanas antes de la fecha, y que ese día debieron limitar sensiblemente.
Por la diversidad de la afectación, se trata de cifras imposibles de calcular, pero sin dudas resultaron millonarias por aquel hecho inédito que obligó a modificar los planes de millones de familias.
Durante las siguientes catorce horas al minuto cero, el país fue volviendo a la normalidad de manera dispar, dejaba avanzar los procesos electorales en cuatro provincias y permitía entrada la noche -aunque ya con luz- los festejos del triunfo de Omar Perotti en Santa Fe, Alberto Rodríguez Saá en San Luis, Gildo Insfrán en Formosa y un final abierto en Tierra del Fuego.
La campaña nacional también tuvo su lugar con declaraciones cruzadas en torno de las causas del apagón, entre el entonces presidente Mauricio Macri y el principal candidato de la oposición, Alberto Fernández.
Hasta ese día, el corte de luz más recordado en el país era el que se había registrado en febrero de 1999, cuando unas 600.000 personas de diez barrios de la ciudad de Buenos Aires se quedaron once días sin luz, a raíz de la salida de servicio de una subestación de la distribuidora Edesur.
No obstante, en el resto del mundo abundan los ejemplos como el de 2017 cuando 15 millones de personas quedaron sin luz en países de Centroamérica; el de julio de 2012 en la India cuando 30 millones de personas sufrieron un corte que se repetiría pocos días después pero alcanzando esta vez a 70 millones; o los que se vieron en 2007 en Colombia, 2009 en Brasil y Paraguay, o el de 2010 en Chile como consecuencia de un terremoto.
Quizás el más conocido y documentado sea el llamado Gran Apagón de Nueva York, sobre el que se han hecho varias películas, que ocurrió el 13 de julio de 1977 y duró casi 24 horas. Nueve millones de personas se vieron afectadas por un incidente desatado por una tormenta eléctrica que afectó la red, y desencadenó graves oleadas de saqueos y atracos.