«El caso de Nora Ponzo es un ejemplo claro del poder emprendedor que distingue a pampeanos y pampeanas», señaló el secretario de Trabajo y Promoción del Empleo, Marcelo Pedehontaá, al reflexionar con la Agencia Provincial de Noticias la novedad de la exitosa participación de una pampeana en el Campeonato Mundial del Alfajor realizado recientemente en Buenos Aires.
Comprobando el éxito que tenían sus alfajores caseros entre su familia y amigos, se preguntaba por qué no hacer un intento para sumar ingresos extras que le permitieran afrontar los gastos que demandan sus hijos, que se encuentran estudiando en otras provincias. Y allá fue.
Con mucho coraje y apoyo familiar inició el proyecto en plena pandemia. Antes que nada, pidió un crédito para comprar horno, heladera, batidora y otros implementos necesarios. Con la cocina de “NP alfajores” ya armada, empezó a ocuparse de las materias primas y a pensar estrategias de marketing. Sin ningún empleado, haciendo todo por su cuenta, con el empuje que caracteriza a los y las emprendedoras pampeanos, el sueño de Nora se ponía en marcha.
Poco tiempo después, los resultados están a la vista: cuenta con una producción de lo más variada y sus alfajores, además de ser elegidos por el público, también acumulan premios de exigentes jurados internacionales. El fin de semana pasado, en una competencia especial que se realizó en la Rural de Buenos Aires, Nora obtuvo una medalla de oro y dos de plata, poniendo a La Pampa en el podio y llevándose todos los aplausos.
Esos logros los consiguió en el Campeonato Mundial del Alfajor, que se realizó por tercer año consecutivo en la Rural de Buenos Aires y contó con la participación de más de 180 marcas provenientes de Argentina, Uruguay, Chile, Perú, Paraguay y México. Más de 50 mil personas concurrieron al torneo para degustar los productos y votar por sus preferidos.
El jurado estuvo integrado por más de 20 catadores de nuestro país, España y Uruguay, entre ellos ingenieros en alimentos, reconocidos chefs, maestros pasteleros, expertos en análisis sensorial, periodistas e influencers del sector.
La principal distinción, al «Mejor Alfajor del Mundo», se la llevó “Sr. Alfajor”, de la localidad de Monte Grande, provincia de Buenos Aires. Pero el jurado también otorgó medallas de oro, plata y bronce en 19 categorías y allí puso sus ojos (y su paladar) en los productos pampeanos.
Durante los tres días que duró el campeonato se degustaron más de 400 muestras. Y ahí estaba “NP alfajores”. En la categoría mejor sabor tradicional Nora Ponzo obtuvo la medalla de oro y con las categorías mejor alfajor simple y mejor chocolate blanco, medallas de plata. ¿La gran estrella? su alfajor de nuez, relleno de dulce de leche y con baño de chocolate blanco.
Consultada por la Agencia Provincial de Noticias sobre la elaboración artesanal y los orígenes de “NP alfajores”, Nora manifestó su enorme alegría por el reconocimiento. “Nos presentamos en las 3 categorías en las que creíamos que podíamos ganar. La verdad fue una sorpresa, tengo el instagram y el whatsapp explotados de mensajes. Cuando terminó la premiación todo el mundo me preguntaba dónde estaba el stand que querían probar los alfajores pero la verdad es que no teníamos un lugar físico. Solo llevamos los productos para que el jurado los evalúe”, contó la autora intelectual y material de estas exquisiteces.
Nora y su marido practican baile y justo el fin de semana del campeonato mundial se encontraban en la ciudad de Buenos Aires afectados a una competencia. Como no era necesaria la presencia, en sus ratos libres iban al predio de La Rural, recorrían los stands y evaluaba otras producciones.
El domingo, al finalizar la competencia de baile junto a su marido, fueron juntos a La Rural y se dio la casualidad de que llegaron en el preciso momento que se estaba realizando la premiación.
“La primera premiación fue sabor tradicional y no podíamos creer cuando escuchamos que ganamos el oro. En las tres categorías obtuvimos tres premios. El alfajor que presenté es un alfajor de nuez, que tiene trozos de nuez en la masa, un relleno con dulce de leche, un corazón de nuez y está bañado en chocolate blanco”, explicó Nora.
“Imposible expresar en palabras lo que siento, mezcla de emoción, alegría, satisfacción. Todavía no tomo dimensión de lo logrado y de lo que se viene”, dijo. “Los sueños se cumplen, con esfuerzo, con trabajo y con dedicación”, afirmó la emprendedora.
Respecto a su inicio en el mundo del alfajor, señaló: “el emprendimiento fuerte arrancó el año pasado, busqué asesoría, y de a poco le dimos forma al proyecto”.
En pandemia, hacía pastelería en su casa, con el fin de generar un ingreso extra, porque tienen tres hijos estudiando en otras provincias y necesitaban solventar esos gastos. En ese momento solicitó un crédito a la caja médica (su marido es profesional de la salud) para comprar el horno convector, la heladera, una batidora. “De a poco me fui equipando”, asegura.
“Que no se convierta en un hobbie caro”, le dijeron sus allegados con cierta desconfianza del éxito comercial que podría tener con su emprendimiento. Al principio le costaba volcar el valor real de lo que lleva la realización cien por ciento artesanal, su tiempo, dedicación, y materia prima.
Nora tiene varias actividades: por la mañana es administrativa en el colegio de fonoaudiólogos de la Provincia y por la tarde se dedica plenamente a la elaboración de alfajores. Como no tiene empleados, ella misma se encarga del marketing, la producción, la compra de insumos y todo lo relacionado con su emprendimiento personal.
Una semana es el tiempo que insume la elaboración del alfajor, desde que se prepara la masa hasta que se baña y “madura” para su posterior comercialización. De cara al futuro la idea de Nora es poder dedicarse al emprendimiento completamente. Avizorando la pronta “jubilación” en su trabajo en relación de dependencia, planea montar su propio local comercial abierto al público.