Actualmente, mientras disfruta de un descanso en Pilar tras una temporada inolvidable en su carrera como piloto, Franco dedicó tiempo para saldar esta asignatura pendiente. A los 21 años, logró culminar sus estudios secundarios bilingües en el colegio que lo vio crecer.
Según reporta el medio local Pilar a Diario, el joven piloto aún debía rendir algunas materias de sexto año, por lo que el colegio habilitó las mesas de examen necesarias. Franco aprobó todas las evaluaciones, culminando así su trayectoria académica en una de las instituciones bilingües más tradicionales de Pilar.
Durante sus años de educación primaria, Franco asistió al Colegio del Pilar. Sin embargo, al comenzar el secundario, su interés por la mecánica lo llevó a inscribirse en una escuela técnica. Su madre, Andrea Trofimczuk, recordó los sacrificios realizados: “Era un esfuerzo enorme llevarlo todos los días a Don Torcuato para prepararse. Tuvimos que organizarnos mucho, incluso con su hermana menor, Martina, en el auto envuelta en frazadas”.
Incompatibilidad
Franco superó los exigentes exámenes de ingreso para las escuelas Ford y Techint, optando finalmente por esta última. Aunque disfrutó su experiencia en la escuela técnica, la creciente demanda de su carrera como piloto, con viajes constantes al exterior, dificultó su asistencia regular. Pese a que el colegio le ofrecía flexibilidad, algunas materias requerían presencialidad, y llegó un punto en el que no fue posible compatibilizar ambas responsabilidades.
La vuelta al Cole
Ante esta situación, Franco decidió regresar al Colegio del Pilar, donde completó sus estudios hasta sexto año, aunque dejó algunas materias pendientes. Ayer, finalmente, logró rendirlas y obtener su diploma, marcando un nuevo hito tanto en su vida académica como personal. (InfoGEI)Ac