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Murió Álvaro Mangino, sobreviviente de la tragedia de los Andes

Tenía 72 años y fue uno de los 16 jóvenes que lograron resistir en la cordillera tras el accidente aéreo de 1972. Estaba convaleciente y tenía graves problemas de salud

Álvaro Mangino, uno de los 16 sobrevivientes de la tragedia de los Andes, falleció a los 72 años. Su historia quedó marcada por la resistencia extrema y el espíritu de supervivencia que demostró en 1972, cuando el avión en el que viajaba con el equipo de rugby Old Christians de Uruguay se estrelló en plena cordillera de los Andes. Durante 72 días soportó temperaturas bajo cero, hambre extrema y condiciones físicas adversas, ya que tenía una pierna fracturada y apenas podía moverse dentro de los restos del fuselaje que usaban como refugio.

Mangino tenía solo 19 años cuando, junto con sus compañeros de equipo, abordó el vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya con destino a Chile. Sin embargo, la aeronave nunca llegó a destino: el 13 de octubre de 1972, el avión se estrelló en la montaña, dejando a los pasajeros atrapados en un entorno hostil a más de 3.500 metros de altura. El impacto inicial mató a 13 personas, y en los días siguientes, las avalanchas y el frío extremo cobraron más vidas.

A pesar de su lesión, Mangino fue uno de los jóvenes que resistieron en la nieve, aferrándose a la esperanza de ser rescatados. Con los días, la realidad se volvió cada vez más dura: el grupo se vio obligado a tomar la decisión extrema de alimentarse de los cuerpos de sus compañeros fallecidos para sobrevivir. Finalmente, después de más de dos meses en la montaña, dos de los sobrevivientes, Nando Parrado y Roberto Canessa, emprendieron una travesía de diez días a pie hasta encontrar ayuda. El 22 de diciembre, los equipos de rescate llegaron hasta el lugar del accidente y lograron salvar a los 14 jóvenes que aún seguían con vida, entre ellos, Mangino.

Con el tiempo, Mangino se convirtió en un testimonio viviente de la resiliencia humana. Participó en documentales y conferencias, donde compartió su experiencia y reflexionó sobre el impacto que tuvo en su vida. Destacaba el trabajo en equipo y la fuerza del espíritu humano como los pilares que permitieron su supervivencia. “A veces uno cree que no va a poder, pero cuando la vida te pone al límite, descubrís una fuerza interior que ni imaginabas”, decía en sus relatos.

Con su muerte, se convierte en el tercer sobreviviente del Milagro de los Andes que fallece, después de Javier Methol en 2015 y José Luis Inciarte en 2023. En este caso particular, Mangino dejó un legado de resiliencia, marcado por la amistad, el compromiso con la memoria y la voluntad de vivir.

Cómo terminó en el avión de la tragedia

Nacido el 31 de marzo de 1953 en Montevideo, Mangino no formaba parte del colegio Stella Maris ni del equipo de rugby Old Christians Club, núcleo de gran parte del grupo que emprendió el viaje a Chile. Su presencia en el avión fue producto de una invitación de último momento.

Dos amigos suyos, uno de ellos presidente del club, iban a viajar, pero se bajaron por razones personales. Él también había desistido, hasta que Marcelo Pérez del Castillo, capitán del equipo y figura clave durante la tragedia, lo convenció en persona de sumarse al viaje.

Tras la tragedia, reconstruyó su vida junto a Margarita Arocena, su novia desde antes del accidente, con quien tuvo cuatro hijos. Vivió varios años en Brasil, y más tarde se radicó nuevamente en Montevideo, donde se dedicó al ámbito empresarial en el rubro de calefacción y aire acondicionado. Se formó como técnico agropecuario y fue conferencista habitual sobre su experiencia.