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Una pausa necesaria para pensar: Ayrton Oviedo brindó una charla sobre bullying, redes sociales y ludopatía en Castex

En tiempos donde la inmediatez y el bombardeo constante de imágenes y contenidos tienden a saturar nuestras rutinas, la charla del actor y comunicador Ayrton Oviedo, realizada este martes en el SUM que comparten los colegios Peinetti y Belgrano, propuso una pausa reflexiva, disruptiva y necesaria.

Con más de 500 presentaciones en escuelas de todo el país y una trayectoria de más de nueve años, Ayrton Oviedo ha consolidado un estilo innovador, que combina herramientas teatrales, dinámicas participativas y un lenguaje accesible para conectar con jóvenes de manera directa. “Se trata de hablar de lo importante de manera entretenida”, explicó Oviedo, destacando su apuesta por un abordaje alejado del discurso solemne y más cercano a la realidad de los adolescentes.

Durante la charla, el público se mostró involucrado y atento ante los relatos, ejemplos y reflexiones que giraron en torno a los peligros de las redes sociales, la banalización de la violencia virtual, la problemática del juego compulsivo en línea, y los efectos profundos del bullying en el ámbito escolar. A través del juego, el humor y la identificación con situaciones cotidianas, Oviedo logró interpelar y sensibilizar a los jóvenes sobre sus conductas y las consecuencias que muchas veces se naturalizan.

La actividad se enmarcó dentro de una política municipal que busca promover espacios de prevención, contención y conciencia en las instituciones educativas. En este sentido, Andrea Falagán, rectora del Colegio Belgrano, destacó: “Fue una charla que evidentemente tocó en ellos situaciones importantes, porque algunos hasta con lágrimas en los ojos, al igual que los profes que asistieron. Así que fue una charla muy linda, temas muy importantes, una persona muy joven que, evidentemente, logró llegar a los estudiantes”.

La propuesta dejó una clara enseñanza: detenerse a pensar también es una forma de avanzar. ¿Qué hacemos con lo que consumimos? ¿Cómo nos relacionamos? ¿Y hacia dónde queremos ir?

Esas preguntas quedaron resonando en el SUM, y en cada uno de los alumnos que participaron de esta experiencia transformadora.