
El hecho salió a la luz el 30 de junio de 2024, cuando la beba fue llevada por su madre a la guardia del hospital con síntomas que alarmaron al personal médico. Un equipo interdisciplinario detectó graves lesiones compatibles con abuso sexual, además de heridas de vieja data, por lo que se activó el protocolo de abuso infantil y se notificó inmediatamente a la Justicia.
Una investigación urgente y contundente
Las pericias médicas revelaron una lesión en el recto y signos evidentes de maltrato físico, lo que motivó una intervención quirúrgica de urgencia. La menor permaneció varios días en estado crítico, hasta que logró estabilizarse y recuperarse.
La investigación fue encabezada por la fiscal Verónica Ferrero, quien solicitó una pena de 20 años para el acusado. El juicio oral comenzó este año y culminó este martes con la condena a 19 años de prisión. “Este año se inició el debate oral y hoy terminó con una condena”, confirmó la fiscal.

El rol de la madre
Durante la etapa inicial de la causa también fue detenida la madre de la niña, de 35 años. No obstante, las pruebas demostraron que no tuvo participación en el abuso, y su accionar fue clave para salvar la vida de su hija. “Ella la llevó al hospital apenas notó que la beba no estaba bien. Eso le salvó la vida”, destacó Ferrero.
La condena fue por el delito de abuso sexual con acceso carnal, agravado por la convivencia, figura contemplada por el Código Penal argentino cuando el agresor comparte el hogar con la víctima, aumentando así su vulnerabilidad.
Con información de El Diario