
“No se trata solo de un cambio de edificio o de materias, sino de nuevas formas de aprender, relacionarse y organizarse”, explicó Moyano.
Dimensión pedagógica-didáctica
El objetivo es dar continuidad a los aprendizajes: que lo trabajado en la primaria se convierta en la base para lo que se desarrollará en la secundaria. Esto incluye la comprensión lectora, la resolución de problemas matemáticos o el uso de fuentes históricas.
Además, los docentes de ambos niveles acuerdan secuencias de enseñanza conjuntas para evitar repeticiones innecesarias o vacíos en los conocimientos. También se fomenta, desde la primaria, la autonomía en el aprendizaje: uso de agendas, organización del tiempo y estudio con consignas abiertas, que luego resultan herramientas fundamentales para el secundario.

Dimensión institucional
En este aspecto, la articulación contempla proyectos conjuntos entre escuelas primarias y secundarias de cada comunidad, como talleres, ferias, actividades culturales o científicas.
Las visitas anticipatorias de los alumnos de 6° año cumplen un rol fundamental: permiten que conozcan los edificios, las aulas, a sus futuros docentes, las normas de convivencia y la dinámica de clases.
Asimismo, se impulsa una comunicación fluida entre equipos directivos y docentes, compartiendo diagnósticos, informes pedagógicos y evaluaciones sobre fortalezas y debilidades de los grupos.

Dimensión socio-afectiva
Uno de los ejes destacados es el acompañamiento emocional. El paso a la secundaria puede generar ansiedad e incertidumbre; por eso se proponen actividades de integración que ayudan a disminuir miedos y fortalecer la confianza.
El trabajo también incluye a las familias, que reciben orientación e información sobre los cambios que afrontarán sus hijos. “El acompañamiento de los padres es tan importante como el de los docentes”, subrayó Moyano.
Dimensión evaluativa
Finalmente, la articulación contempla instancias de diagnóstico al inicio del ciclo secundario. Estas evaluaciones permiten conocer qué saberes traen los estudiantes y ajustar las propuestas de enseñanza para que nadie quede rezagado.
Una transición acompañada
En síntesis, la propuesta de articulación garantiza continuidad en los aprendizajes, acompañamiento en lo emocional y fortalecimiento en lo social, para que los estudiantes puedan vivir este cambio como una oportunidad de crecimiento.
“Lo que buscamos es que los chicos y chicas lleguen al secundario con confianza, con herramientas y con la tranquilidad de que no están solos en esta etapa”, concluyó Moyano.