
Con la camiseta de su club y un cartel que decía “Mi última quimio”, Valentín selló el final de un camino difícil, rodeado de sus padres, Sebastián Campero y Julieta, y del personal médico que lo acompañó en cada paso.
Una emoción que desbordó a todos
Con una sonrisa cargada de emoción, Valentín compartió sus sentimientos apenas hizo sonar la campana:
“Sentí como si volviera a nacer. Fue mucha emoción”, expresó el niño, que pasó casi un año enfrentando la enfermedad con una valentía que conmovió a todos a su alrededor.
Sus padres, visiblemente conmovidos, relataron lo que significó este camino.
“Siempre contentos, siempre acompañándolo como equipo. Sabíamos que no podía ver nuestro malestar, por él no bajamos los brazos”, dijo Julieta, mientras Sebastián agradeció el cariño y la fortaleza que el hospital les brindó.

El valor del Hospital Garrahan
La historia de Valentín no puede contarse sin destacar el trabajo del personal del Garrahan. Para la familia Campero, el hospital se convirtió en una segunda casa.
“Nos brindaron todo, desde atención médica hasta saber cómo vivíamos, en qué situación estábamos. El Garrahan es un lugar lleno de humildad y amor, desde los médicos hasta el personal de limpieza”, expresó Julieta, subrayando la humanidad con la que fueron acompañados.
Sebastián también puso en valor la tarea de los profesionales: “Contar estas historias es importante para resaltar el trabajo de los médicos y el amor que brindan a los niños y sus familias. El Garrahan no solo trata a los chicos, sino que también acompaña a los padres, con psicólogos y todo lo necesario para atravesar los momentos más difíciles”.
Un sueño pendiente: conocer a Armani
En medio de la emoción, Valentín dejó en claro que también tiene un sueño por cumplir: conocer a su ídolo, Franco Armani, arquero de River Plate.
“Quiero conocer la cancha de River y a Armani”, dijo con entusiasmo, recordando sus años de fútbol en All Boys de Trenel. Su ilusión despertó una movida solidaria entre vecinos, familiares y comunicadores, que buscan hacer realidad su deseo.
Una lección de esperanza
La historia de Valentín no es solo la de un niño que superó una enfermedad, sino la de una familia que se mantuvo unida en la adversidad, la de un hospital que acompañó con ciencia y humanidad, y la de una comunidad que se inspira en su ejemplo de fuerza.
Valentín tocó la campana, cerró un capítulo y abrió otro lleno de sueños, sonrisas y esperanzas. Su historia nos recuerda que, incluso en los momentos más difíciles, la vida siempre ofrece una segunda oportunidad.