
Desde las primeras horas de la mañana, los corrales del predio Eduardo Brandemann recibieron a visitantes de La Pampa, Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Neuquén y otras provincias, quienes recorrieron los lotes y apreciaron la calidad de los animales.
Al mediodía se compartió el tradicional almuerzo, que sirvió como espacio de camaradería y reencuentro entre productores, muchos de los cuales se ven únicamente en esta cita anual.

A las 14 horas, “Pacho” Brandemann dio la bienvenida oficial destacando la importancia del trabajo en equipo y el sentido de continuidad de la ganadería: “No es que un día empieza y otro termina, esto se proyecta a años, porque los reproductores de hoy son el fruto de un trabajo iniciado hace más de tres años”, señaló.

El momento de las ventas
El remate se desarrolló con gran agilidad y fuerte interés comprador. La puja más destacada se dio por un toro que alcanzó un precio máximo de 24 millones de pesos, marcando el récord de la jornada y uno de los valores más altos de la temporada.
“El interés fue muy grande, había muchísima gente y las ofertas llegaron con firmeza desde distintos rincones del país”, destacaron desde la organización.

Un remate que trasciende lo comercial
Más allá de los números, el remate volvió a consolidarse como un evento de referencia para la ganadería pampeana y nacional, combinando negocios, encuentro social y tradición familiar.
“Le damos mucho valor a estas reuniones compartidas, porque son el resultado del trabajo de un gran equipo, de hombres y mujeres que hacen posible que cada año el remate siga creciendo”, expresó Brandemann al presentar al personal de campo de la cabaña.