
Al regresar a la ciudad, el joven fue recibido en el cuartel por sus compañeros y familiares, que lo aguardaban en silencio para sorprenderlo. La bienvenida estuvo marcada por abrazos, felicitaciones y la emoción de un logro que representa no solo un paso personal, sino también un aporte valioso para la comunidad.

Como es tradición en estos casos, luego de los saludos llegaron los festejos con harina, huevos y el clásico canto de “bombero, bombero”, que sellaron una jornada inolvidable.
Con la incorporación de Sorba, que quedó registrado bajo el legajo número 55, el cuartel castense suma un nuevo integrante que eligió el camino del servicio, la solidaridad y el compromiso con la sociedad.
