El caótico desembarco del CEO y fundador de Tesla, Elon Musk, en la red social Twitter dejó cabos sueltos por todas partes. Además de los miles de despidos, los problemas con anunciantes temerosos ante la relajación de la regulación de contenidos y las pulseadas públicas con el personal de la empresa, la rápida reducción de costos dejó en el olvido obligaciones cotidianas como, por ejemplo, pagar el alquiler.
Twitter fue demandada en el Reino Unido por el Crown Estate (los “bienes de la corona”), la empresa que gestiona la cartera de propiedades del rey Carlos III, por un supuesto impago del alquiler de su oficina de Londres.
Según afirmó el medio The Daily Telegraph, el conglomerado real interpuso una demanda judicial contra Twitter a raíz de los contactos mantenidos anteriormente con la empresa de redes sociales por el impago del alquiler, y las dos partes mantienen actualmente conversaciones.
Todos los rótulos y logotipos de Twitter fueron retirados de la oficina londinense, pero la empresa de Musk sigue ocupándola.
En diciembre de 2022, The New York Times informó de que Twitter llevaba semanas sin pagar el alquiler de ninguna de sus oficinas. Desde entonces, el dueño de la sede de Twitter en San Francisco también inició acciones legales contra la empresa con el objetivo de cobrarse su deuda.
Más temprano este mes, el dueño de la sede de San Francisco se presentó ante la corte alegando que Twitter debe SD 136.260 por el alquiler impago de la oficina. La demanda se refiere a la oficina de Twitter en el Hartford Building, y no a su sede en Market Street, en San Francisco. En ella se afirma que Twitter incumplió el contrato de arrendamiento de sus instalaciones en la planta 30 del edificio Hartford “al no pagar el alquiler adeudado”.
La sede londinense de Twitter (Reuters)
No fue el único caso. Los empleados de la sede de Singapur llegaron a ser desalojados temporalmente de su oficina por impago del alquiler, antes de que Musk saldara la deuda ese mismo día, según reportó en su momento Business Insider.
Ahora, a la fila de dueños de inmuebles que quieren cobrar el alquiler se le sumó uno de los hombres más famosos del mundo: el Rey Carlos III.
El Crown Estate gestiona propiedades por un valor estimafo en USD 19.200 millones, incluidos 241 inmuebles ubicados en el centro de Londres, según su último informe anual. Dado que las propiedades pertenecen en última instancia a la monarquía, tres cuartas partes de los USD 384 millones de beneficios netos del conglomerado real se destinan al gasto público en Gran Bretaña, y el resto se devuelve a la familia real.
La administración de esas propiedades está extremadamente profesionalizada, con el rey Carlos III prácticamente ajeno a la operación diaria de semejante portafolio millonario de inversiones. Pero el monarca no se priva de ordenar usos constructivos para las ganancias, como lo hizo este año cuando sugirió girar a las arcas públicas una porción mayor a lo habitual de los fondos reales.
El diferendo judicial entre Carlos III se produce en medio de una serie de medidas de recorte de gastos en Twitter, con la nómina de personal reducida de más de 7.000 a 2.300 empleados en pocas semanas, según números hechos públicos por el propio Musk. También subastó cerca de 250 objetos de su sede de San Francisco, entre ellos una estatua del logotipo del pájaro de Twitter, que se vendió por 100.000 dólares.