El panorama de Argentina con relación producción agropecuaria no es para nada alentador. Tras el impacto de una de las peores sequías de la historia que generó una perdida aproximada de US$15.000 millones en las reservas reservas, ahora la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) advirtiere sobre la llegada de lluvias excesivas en lo que resta del 2023.
Según los estudios realizados por el organismo, la temporada de precipitaciones comenzaría en junio y alcanzaría su pico a finales del año, hasta el primer semestre del 2024. Esto se debe principalmente a que la FAO informó que este año hay un 73% de posibilidades de que se registre el fenómeno climático llamado «El Niño», que impacta fuertemente en Sudamérica y que no se registraba desde el 2020.
El informe muerta que Argentina, Uruguay y Paraguay serán los países más afectados. “En la Argentina este fenómeno podría aliviar el efecto de la sequía en la agricultura que ocasionó tres años consecutivos del evento contrario al El Niño, La Niña”, analizó Oscar Rojas, Oficial de Recursos Naturales de la FAO, en La Nación.
El especialista vaticinó “una normalización de las precipitaciones en las regiones agrícolas de la Argentina podría significar una producción normal en los cereales”, pero advirtió que en la región central del país se podrían registrar excesos de precipitaciones y que señaló que «el impacto dependerá de la intensidad de las lluvias y el estado fenológico del cultivo de trigo en el momento que se presente el exceso hídrico”.
Por último, recordó que «la acción temprana fortalece la capacidad de supervivencia de las poblaciones en peligro: una prioridad clave en el objetivo estratégico de la FAO de incrementar la resiliencia de los medios de vida ante las amenazas y las crisis”.