El nuevo reactor multipropósito RA10 que se construye en Ezeiza con un avance del 80% será el primer reactor en Latinoamérica preparado para proveer regionalmente de silicio dopado a la industria de semiconductores. Actualmente, la demanda mundial de silicio dopado se comparte entre algunos reactores que brindan este servicio, entre ellos se pueden mencionar al OPAL (Australia), BR2 (Bélgica), SAFARI-1(Sudáfrica) y el FRM-II (Alemania).
La demanda mundial de material semiconductor para la producción de componentes electrónicos de alta potencia se encuentra en constante crecimiento. Este incremento se debe, principalmente, al desarrollo de nuevas tecnologías: generación de energías alternativas (generadores eólicos y celdas solares); así como también la tecnología asociada al desarrollo de vehículos eléctricos e híbridos.
El reactor RA-10 que desarrolla la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) servirá para la producción de radioisótopos medicinales pero también tendrá funciones estratégicas para la industria.
El Proyecto RA-10, actualmente en construcción en Ezeiza, tiene como objetivo desarrollar el Reactor Nuclear Argentino Multipropósito RA-10. La construcción comenzó en 2016 y actualmente registra un avance global del 80%. Se prevé que la obra civil finalice en 2023 y la instalación se ponga en marcha a fines del 2024, según información oficial.
Entre las funciones, se detalla la producción de radioisótopos medicinales para tratamientos como el cáncer, y la utilización de los mismos para el diagnóstico por imágenes.
Uno de los servicios que prestará el RA-10 es el dopado de silicio, básicamente es un material determinado, se le agregan impurezas en forma intencional, para modificar ciertos parámetros de este material. La introducción de impurezas en materiales es un proceso que se practica hace siglos.
Se estima que la capacidad de producción de irradiación de lingotes de silicio será de aproximadamente 80 toneladas por año. Se estima que el servicio de irradiar una tonelada de silicio cuesta unos 100 mil dólares. Por ley, los ingresos que genera la CNEA los reinvierte en sus laboratorios e investigaciones. (InfoGEI) Mg