Como premio a su búsqueda ofensiva constante, River logró dar vuelta el partido que se le había complicado desde el minuto dos del primer tiempo, ganó con justicia y se llevó la Supercopa en el estadio Kempes de Córdoba. Con goles de Solari y Aliendro torció el rumbo de un partido que lo había posicionado muy bien al PIncha al término del primer tiempo.
La Supercopa se inició con el asombro generalizado por la osadía táctica de Martín Demichelis a la hora de definir los once titulares. Nadie imaginó que podía atacar con tres delanteros definidos resignando presencias en la zona del mediocampo; por eso los primeros minutos generaron enorme interés para ver cómo se acomodaba en el campo el equipo Millonario.
Sobre un tablero estratégico sorprendente, el trámite inicial también lo fue. Centro de Edwuin Cetré desde tres cuartos de cancha, pésima marcación de Leandro González Pírez y cabezazo cómodo de Javier Correa para vencer a Franco Armani, ubicando la pelota cerca del palo derecho.
omo premio a su búsqueda ofensiva constante, River logró dar vuelta el partido que se le había complicado desde el minuto dos del primer tiempo, ganó con justicia y se llevó la Supercopa en el estadio Kempes de Córdoba. Con goles de Solari y Aliendro torció el rumbo de un partido que lo había posicionado muy bien al PIncha al término del primer tiempo.
La Supercopa se inició con el asombro generalizado por la osadía táctica de Martín Demichelis a la hora de definir los once titulares. Nadie imaginó que podía atacar con tres delanteros definidos resignando presencias en la zona del mediocampo; por eso los primeros minutos generaron enorme interés para ver cómo se acomodaba en el campo el equipo Millonario.
Sobre un tablero estratégico sorprendente, el trámite inicial también lo fue. Centro de Edwuin Cetré desde tres cuartos de cancha, pésima marcación de Leandro González Pírez y cabezazo cómodo de Javier Correa para vencer a Franco Armani, ubicando la pelota cerca del palo derecho.