El recorrido de tropas militares por las calles porteñas, que no se realizaba desde 2019, reunió a una multitud, en un ambiente familiar en el que abundaron los niños cargados sobre los hombros para que pudieran observar el paso de las columnas.
Entre vendedores ambulantes que buscaban aprovechar la concentración y con una marcada ausencia de simbología política, la celebración tuvo picos de efusividad ante el paso de contingentes de excombatientes de la guerra de Malvinas, la melodía de la Marcha de San Lorenzo, el desfile de vehículos de combate de gran porte y el cierre a cargo de los integrantes del Regimiento de Granaderos a Caballo.
El paso de los excombatientes de la guerra de Malvinas fue muy aplaudido por la gente reunida en la calle y, también, por vecinos que observaron el desfile desde sus balcones (varios, adornados con banderas). La bandera “Malvinas. Volveremos”, que mostró a su paso una columna de veteranos del conflicto de 1982, levantó aplausos y el grito de “Argentina, Argentina”.
La Marcha de San Lorenzo, interpretada por varias de las fanfarrias militares que desfilaron por la avenida Del Libertador, fue otro de los puntos altos para la multitud, que la entonó y la siguió con aplausos, al igual que la Marcha de las Malvinas.