La fibrilación auricular es la arritmia sostenida más frecuente en el mundo y por lo tanto, un motivo recurrente de consulta médica. Aunque su incidencia se dispara a partir de los 65 años, en algunos casos puede aparecer décadas antes por lo que es importante prevenirla y prestar atención a sus síntomas. Desde hace años, la primera opción para su tratamiento es la ablación. Se trata de un procedimiento ambulatorio que se realiza aplicando energía térmica (frío o calor) en la zona afectada del corazón y que tiene muy buenos resultados. Ahora se suma una nueva tecnología para este tipo de intervenciones, que trabaja con pequeñas descargas eléctricas y ofrece una eficacia similar con un menor riesgo de complicaciones.
“Esta nueva estrategia de ablación usa campo eléctrico, por eso su nombre en inglés es pulsed field ablation (PFA), o ablación de campo pulsado. Consiste en aplicar una descarga eléctrica de 2,5 segundos de manera pulsada para provocar una lesión de la célula del corazón que se llama miocardio o miocardiocito. De esta manera se le hace un poro en la membrana, la célula pierde su contenido y muere. Esto se llama apoptosis”, explica el cardiólogo Fernando Scazzuso (MN 83.184), jefe de Electrofisiología y Arritmias del ICBA Instituto Cardiovascular, la institución que incorporó el primer equipo para empezar a realizar este tipo de intervenciones en la Argentina.
La fibrilación auricular se genera a partir del desarrollo de un circuito eléctrico dentro de la aurícula izquierda, lo que origina la arritmia. La ablación tiene por objetivo eliminarlo: es un procedimiento percutáneo que crea pequeñas cicatrices en las zonas del corazón que están involucradas en estos latidos irregulares, que suelen ser más rápidos y caóticos.
Un diferencial de este nuevo procedimiento, al utilizar una energía no térmica, es que evita que se provoquen lesiones o daños en áreas aledañas. “Los tejidos del cuerpo son electro-sensibles. Uno puede programar y establecer que el campo eléctrico solamente lesione los miocitos, los nervios o la grasa. Y así tipificar la cantidad de energía a entregar. Esto la convierte en una técnica única y superadora a las anteriores, por lo que no provoca complicaciones como la tan temida fístula atrio-esofágica o la estenosis de las venas pulmonares, además de la rapidez con la que se realiza el procedimiento”, afirma el experto y destaca que la ablación demora entre 16 y 20 minutos.
Un cambio que beneficia a más pacientes
La ablación de campo pulsado entró en fase de investigación preclínica hace aproximadamente cinco años, cuando se difundieron las primeras publicaciones. En 2023 la FDA aprobó el sistema Farapulse, de la compañía Boston Scientific, que ahora fue adquirido por el ICBA. En este tiempo hubo registros de su eficacia en Estados Unidos y Europa y dos trabajos randomizados en los que se la comparó con la ablación por radiofrecuencia, obteniendo resultados similares. Además estos estudios confirmaron su menor tasa de complicaciones y menor tiempo de duración.
“Al reducir el riesgo de complicaciones, como por ejemplo la fístula que puede ser hasta mortal, da un amplio campo de acción y permite ofrecerles a los pacientes un tratamiento que es igual de eficaz, mucho más seguro y mucho más rápido “, agrega el doctor Scazzuso.
¿Por qué provoca menos complicaciones? El campo eléctrico pulsado trabaja sobre un objetivo específico, y esto es fundamental porque cada tejido tiene una determinada sensibilidad a la corriente. Entonces, en la intervención se puede producir un daño en el miocito –para eliminar el circuito que genera la arritmia- sin afectar el nervio, la grasa y los tejidos circundantes. Así los electrofisiólogos pueden trabajar con mucha mayor precisión.
“La ablación de campo pulsado es muy segura cuando se necesita hacer ablaciones que son muy extensas. Por ejemplo, cuando hay que tratar fibrilaciones persistentes o fibrilaciones auriculares de larga data que tienen más de un año, a las que hoy en día no podríamos ofrecerle con tanta seguridad un procedimiento sin complicaciones. Hoy lo podemos hacer. Muchos más pacientes van a poder hacer ablaciones y curar o tratar su arritmia que antes no tenía esta posibilidad. El cambio es muy importante”, destaca el doctor Scazzuso.
La opción de tratamiento ideal para cada caso
La fibrilación auricular se desarrolla de forma degenerativa con el correr de los años, y está relacionada con determinados hábitos y factores de riesgo: el tabaquismo, la hipertensión, la obesidad y la diabetes favorecen su desarrollo. Del mismo modo, la principal estrategia de prevención son los cambios en el estilo de vida: el ejercicio, el control de peso, la alimentación sana, el descanso y las medidas antiestrés. Entre los 65 y los 80 años de edad se quintuplica su incidencia, aunque hay casos registrados desde los 45 años. Puede provocar insuficiencia cardíaca y embolia de cerebro con hemiplejía, elevando así el riesgo de internación y la mortalidad.
En el último cuarto de siglo, a partir de las publicaciones del doctor Michel Haïssaguerre, se demostró que la ablación es el mejor tratamiento para esta arritmia: todos los trabajos randomizados y las guías de las sociedades del mundo concluyen que es superior a la terapia farmacológica y por eso la recomiendan como la opción de primera línea.
“Hasta ahora contábamos con dos tecnologías. Una es la ablación por frío, que es el cryoballoon y la otra es por calor, la radiofrecuencia con mapeo. Estos sistemas han evolucionado y ya estamos en la quinta generación, pero algunos problemas persisten: la alta tasa de recurrencia (que en nuestra casuística del ICBA es de alrededor del 20%) y la tasa de complicaciones (que las diferentes series dan entre el 2% y el 4%)”, detalla Scazzuso.
El desarrollo de la ablación de campo pulsado amplía ahora el abanico de opciones disponibles. El ICBA Instituto Cardiovascular ya concluyó la etapa de entrenamiento, de la que participaron todos los electrofisiólogos del equipo de Arritmias e incluyó capacitaciones en el exterior. “Estamos listos para empezar a aplicarla este mes noviembre, entre la tercera y la cuarta semana, en coincidencia con el Congreso Argentino de Arritmias”, anticipa el jefe del sector. En cuanto a la experiencia del paciente, para todas las ablaciones el procedimiento es similar. Se realiza con anestesia general, es ambulatorio y el postoperatorio es un proceso indoloro que solo requiere de 48 horas de reposo relativo (es decir, sin esfuerzo físico).
El especialista del ICBA considera que esta nueva tecnología no va a reemplazar los procedimientos que actualmente se están realizando, sino que ampliará las herramientas para afrontar la arritmia sostenida más frecuente en el mundo. “No hay dos pacientes iguales ni hay dos enfermedades iguales. Es imposible abarcar toda esta gran variedad con una sola tecnología, un solo catéter, un solo diseño. La radiofrecuencia por mapeo tiene su lugar y otras tecnologías que van a seguir saliendo, como puede ser el láser, tendrán el suyo. Depende de la característica de la enfermedad de cada paciente y los antecedentes. No es lo mismo una primera ablación que una tercera ablación. Tampoco si está operado del corazón o no; si es deportista o no. En cada caso se puede elegir la técnica más adecuada para que tenga los mejores resultados“, concluye el doctor Fernando Scazzuso.