La primera víctima fatal fue un hombre de 65 años que había visitado París durante febrero y que perdió la batalla contra el virus mientras se encontraba internado en el Hospital Argerich, en Buenos Aires. Los síntomas que había experimentado desde el 28 de febrero incluían fiebre alta de entre 39° y 40°, dolor de garganta, tos, somnolencia y pérdida de apetito. Sin embargo, recibió atención hospitalaria recién cuando su cuadro derivó en una deficiencia respiratoria severa, de la cual no logró recuperarse.

Desde aquel primer fallecimiento, el COVID-19 dejó una profunda marca en la historia del país. A lo largo de los años, y hasta agosto de 2024, la enfermedad se cobró la vida de 130.663 personas en Argentina, con más de 10 millones de casos registrados.
El impacto del virus fue devastador, transformando por completo la cotidianidad de la población. El confinamiento, el colapso de los sistemas de salud, la crisis económica y la implementación de medidas sanitarias marcaron una etapa que quedó grabada en la memoria colectiva.

Cinco años después, el recuerdo de aquellos tiempos sigue presente. Las lecciones aprendidas, la evolución de la ciencia y las vacunas, y la fortaleza de la sociedad para salir adelante son parte del legado de una pandemia que cambió al mundo.