
Este 2025, las manifestaciones y actividades en distintas ciudades del planeta reflejan las demandas urgentes de las mujeres: el fin de la violencia de género, la equidad salarial, el acceso a oportunidades laborales y educativas, y el reconocimiento de su papel fundamental en la sociedad. En América Latina, los movimientos feministas han cobrado gran fuerza, exigiendo políticas públicas más efectivas para erradicar la violencia y garantizar los derechos de las mujeres y niñas.
Organizaciones civiles y colectivos han organizado marchas, foros y encuentros para visibilizar las problemáticas que aún persisten. En México, Argentina, España y otros países, las calles se tiñen de morado, color que simboliza la lucha feminista, mientras las consignas resuenan con fuerza: «Ni una menos», «Vivas nos queremos» y «Igualdad real ya».
A nivel político, algunos gobiernos han anunciado medidas para combatir la desigualdad de género, aunque activistas insisten en que los cambios deben ser estructurales y no solo simbólicos. La brecha salarial, la sobrecarga de trabajo no remunerado y la falta de representación femenina en espacios de poder siguen siendo desafíos que requieren soluciones urgentes.

El 8 de marzo no es solo una fecha conmemorativa, sino un día de reflexión y acción. Mientras haya desigualdades, seguirá siendo necesario alzar la voz y exigir un mundo más justo para todas. La lucha continúa y el compromiso de la sociedad es clave para avanzar hacia un futuro con igualdad y sin violencia de género.















