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Cruces, gritos y acusaciones en el Concejo: concejal denuncia cobro irregular y pide revisar todo

Este jueves, el Concejo Deliberante de Eduardo Castex se convirtió en escenario de una acalorada y escandalosa sesión en la que, en medio de acusaciones cruzadas y chicanas políticas, se aprobó por mayoría el dictamen de los legajos contables correspondientes a los meses de enero y febrero de 2025. Pero la votación quedó totalmente opacada por la denuncia explosiva del concejal opositor Martín Araya, quien acusó públicamente a la concejala oficialista Emilia Romero de cobrar de manera indebida y sistemática una suma que no le correspondía.

Según Araya, la concejala Romero percibió durante tres meses un monto adicional —$36.506 por mes— por un ítem inexistente. “Fue un cobro irregular, admitido por la propia contadora del municipio”, sostuvo Araya, quien pidió sin éxito que los legajos volvieran a comisión para ser revisados con más tiempo. “En solo 21 días hábiles encontré esta irregularidad. Si me dieran los 90 días que establece la ley, ¿cuántos errores más encontraríamos?”, disparó con dureza.

La presidenta del bloque oficialista, Emilia Romero, se defendió asegurando que el cobro fue un error involuntario y que devolvió el dinero tan pronto fue notificada. “No busco mis recibos todos los meses, tengo dos trabajos, dos cuentas de ahorro, y simplemente transfiero la dieta. Apenas me avisaron, hice la devolución inmediata de los $36.506”, afirmó, mostrando los comprobantes bancarios.

Pero la sesión se tensó aún más cuando Romero intentó comparar su situación con la de Cristina Fernández de Kirchner. “¿La expresidenta va a devolver los millones que le robó a los argentinos?”, lanzó, encendiendo una chispa que desató el griterío.

El cruce fue inmediato. “No desvíe el foco. ¡A usted es a quien le pagaron un ítem que no corresponde, no a Cristina!”, retrucó Araya. Y agregó: “Ni eficaz ni transparente: si yo no lo descubría, nadie se daba cuenta. Y no fueron centavos, fueron más de $100.000 de dinero público”.

También se sumaron las concejalas Silvina Soncini y Nora Rodríguez. Soncini, intentando bajarle el tono, ironizó que “el error no alcanza ni para un asado”, lo que enfureció aún más a Araya: “¡No desmerezcan la plata del pueblo! No es suya, es de los contribuyentes. ¿Y si este ‘tilde equivocado’ se repite en otros pagos?”.

La discusión subió de temperatura y Soncini añadió, “si nunca va a aprobar un legajo, da lo mismo que tenga 21, 60 o 90 días para revisarlo”, y Araya respondió, «déjenmelos al menos 80 días y vemos si es un capricho o si realmente hay cosas que ocultar”.

Finalmente, tras todo este bochorno público, los legajos contables fueron aprobados por mayoría. Pero lo que quedó en evidencia fue otra cosa: un Concejo Deliberante dividido, con heridas expuestas, chicanas políticas, y una nueva grieta instalada en la política castense.