
El hecho ocurrió el 31 de mayo del año pasado, cuando Galván contrajo matrimonio civil y luego organizó un almuerzo en el pub Veneto, ubicado a escasos metros de la subcomisaría. En el juicio oral, realizado en junio, quedó acreditado que los detenidos Manuel Urrutia, Claudio Araneda, Denis Álvarez Pérez y Oscar Sánchez fueron trasladados al lugar sin autorización judicial, donde realizaron tareas de limpieza, cocina y servicio durante todo el evento.
Tanto testigos como efectivos policiales declararon que los internos participaron activamente de la celebración. Los propios detenidos confirmaron la versión y aseguraron haber accedido al pedido del jefe por respeto, aunque señalaron que cumplieron funciones en el salón. Galván, en su defensa, negó los hechos y sostuvo que estaba de licencia por matrimonio, que la fiesta fue privada y que no hubo detenidos presentes. Sin embargo, el juez consideró sólidos y coincidentes los testimonios ofrecidos durante el debate.
En su fallo, Olié sostuvo que el accionar del oficial implicó un abuso de autoridad que puso en riesgo la seguridad pública y socavó el rol institucional de la Policía. «Personas condenadas se desplazaron libremente por la localidad para cumplir tareas en un evento privado», remarcó el magistrado.

Además, ordenó la notificación de la sentencia a la Fiscalía de Investigaciones Administrativas (FIA) y la devolución del teléfono celular secuestrado al imputado. La causa penal se inició por un informe elevado por el coordinador regional al entonces jefe de la Unidad Regional I, Marcelo Calderón, quien ordenó iniciar la investigación correspondiente. Paralelamente, la FIA abrió un sumario administrativo.
Durante el proceso, Galván denunció que fue víctima de una «interna policial». La condena coincidió con la solicitud del fiscal general Guillermo Sancho, mientras que la defensa había reclamado su absolución por el beneficio de la duda.
Con información de Noticias del Sur

















