Un discurso frente al “nuevo orden supranacional”

Desde el inicio, Milei buscó marcar distancia con discursos que él considera oficiales o convencionales. Reivindicó lo que llamó el espíritu fundacional de la ONU —cooperación, paz entre estados— pero criticó con dureza su transformación hacia un ente que, según su visión, excede sus competencias al imponer normas directas sobre las naciones e incluso los individuos.
“Pasamos de una organización que pretendía mediar la paz entre pares a una organización que pretende decidir no solo qué debe hacer cada nación, sino también cada uno de los individuos en las distintas latitudes del planeta.”
Para Milei, el problema no está en que existan organismos que cooperan entre estados, sino en que estos “extralimitan su rol” regulando agendas “nobles” —como derechos humanos, cambio climático o igualdad de género— hasta el punto de vulnerar las libertades individuales y la soberanía nacional.
Libertad, propiedad y restricciones: los ejes del discurso
El presidente argentino construyó su alocución sobre una tríada central: libertad, propiedad y estado limitado. Recordó que su administración ha votado de acuerdo con esos principios en organismos internacionales, rechazando lo que definió como “cercenamientos” de derechos individuales, comerciales o naturales.

También planteó una tensión contemporánea: la contradicción entre “el presente” y “el futuro”, en la que se juega, de acuerdo con él, el destino de la humanidad. En ese marco, abogó por prudencia económica: “el pan de hoy no puede significar hambre para mañana”.
Dentro de su crítica al rol del Estado y la clase política, Milei acusó a políticos de ampliar el aparato estatal para consolidar poder, en detrimento de la libertad ciudadana.
Temas puntuales: Malvinas, Gallo, alineamiento con EE. UU.
En su alocución también hubo referencias concretas a la política exterior: reiteró el reclamo argentino por la soberanía de las Islas Malvinas. Asimismo, pidió la liberación de Nahuel Gallo, gendarme argentino que, según dijo, se encuentra secuestrado por el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela.
Además, el discurso reafirmó su alineamiento con Estados Unidos: Miles planteó la cooperación bilateral como base de su política exterior y subrayó su admiración por el modelo estadounidense de libertades.
Reacciones, interpretaciones y desafíos
Las críticas al discurso no tardaron: algunos medios lo acusaron de atacar la ONU sin ofrecer soluciones concretas sobre cómo encarar los grandes problemas globales (cambio climático, desigualdad, conflictos). Otros señalaron que su discurso es más un manifiesto ideológico que una propuesta diplomática seria.
En el oficialismo argentino, el discurso fue recibido con entusiasmo, sobre todo en un momento en que Milei busca sostener apoyo internacional y político. En la víspera de su intervención, el respaldo explícito de Donald Trump calmó los nervios financieros y revirtió parcialmente el riesgo país argentino, lo cual le otorgó mayor oxígeno político.
Pero el desafío sigue siendo enorme: traducir este discurso ideológico en alianzas diplomáticas, acuerdos comerciales y respaldo concreto para la Argentina. En el plano doméstico, tendrá que responder a críticas por falta de pragmatismo internacional y posibles contradicciones entre discurso y gestión.