
El ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, comunicó a través de su cuenta en X el lanzamiento de la licitación pública nacional e internacional correspondiente a la segunda etapa de la Red Federal de Concesiones, que incluye precisamente el tramo más esperado: la Ruta 5 entre Luján y Santa Rosa.
Un reclamo histórico
La Ruta 5 conecta la Ciudad de Buenos Aires con la capital pampeana y atraviesa trece distritos bonaerenses y pampeanos: Luján, Mercedes, Suipacha, Chivilcoy, Alberti, Bragado, Nueve de Julio, Carlos Casares, Pehuajó, Trenque Lauquen, Pellegrini, Catriló y Santa Rosa.
Pese a ser una de las arterias más transitadas del país —clave para la producción agropecuaria y el transporte nacional e internacional—, su infraestructura deficiente ha sido escenario de incontables tragedias.
La autopista actualmente llega hasta Mercedes, pero los avances visibles en algunos tramos no alcanzan a garantizar un tránsito seguro ni fluido. Los vecinos celebran este nuevo paso, aunque lo hacen con cautela, recordando promesas similares incumplidas en el pasado.

Los tramos licitados
El anuncio oficial detalla dos corredores incluidos en esta nueva etapa de concesiones:
- Tramo Sur – Atlántico – Acceso Sur, de 1.325 km, que comprende las rutas nacionales 3, 205 y 206, además de las autopistas Riccheri, Newbery y Ezeiza–Cañuelas.
 - Tramo Pampa, de 547 km, correspondiente a la Ruta Nacional 5 (Luján–Santa Rosa).
 
Caputo explicó que, en total, más de 1.800 kilómetros pasarán a ser administrados bajo gestión privada, reemplazando “un modelo deficitario por uno transparente, competitivo y sin subsidios del Tesoro”.
La urgencia de una obra vital
Por la Ruta 5 circulan millones de vehículos por año, entre transporte público, camiones de carga y automóviles particulares. El deterioro del asfalto, la falta de banquinas adecuadas y la escasa señalización la convierten en una de las rutas más peligrosas del país.
La concreción de la autovía completa no solo significaría una mejora logística para la economía nacional, sino también la posibilidad de reducir drásticamente los siniestros viales que han cobrado cientos de vidas.
“El objetivo —subrayó el ministro— es avanzar hacia una infraestructura vial moderna, que incentive la inversión privada y al mismo tiempo cuide los recursos de los argentinos”.
Así, el reclamo de “Ruta 5, Autovía Ya” vuelve a ocupar el centro del debate, con la esperanza de que esta vez las promesas finalmente se transformen en kilómetros de asfalto seguro.
								
								
															
															

        
        
        









				
