
De acuerdo con estimaciones a las que accedió la Agencia Noticias Argentinas, las pérdidas acumuladas por el desastre hídrico rondan los US$ 2.000 millones, afectando a productores, caminos rurales, infraestructura y diversas actividades económicas.
Kovarsky recordó que el proyecto lleva años de demoras: “Hubo el mismo color político en Provincia y Nación durante muchos años y la obra no se ejecutó”, subrayó. En esa línea, insistió en que “si no hacemos las obras de fondo, va a volver a pasar”, y remarcó que CARBAP viene reclamando “con mucha fuerza” la reanudación de los trabajos desde hace seis meses.
El dirigente rural explicó que es imprescindible que el Gobierno nacional acelere la ejecución del tramo 4.2 del plan, al tiempo que la provincia “debe avanzar en paralelo con sus licitaciones y trabajos complementarios”.

Kovarsky también hizo referencia a la fragilidad económica del sector en escenarios de este tipo: “No somos como el Estado, que si no te dan las cuentas sacás la partida de otro lado o aumentás una tasa. Si no da, estás complicado”, graficó. Además, señaló la ausencia de seguros multirriesgo accesibles en el país, mientras que en otras regiones del mundo existen coberturas para catástrofes similares “pero con costos elevados”.
Por último, sostuvo que para que las aseguradoras accedan a reaseguros internacionales es necesario un riesgo país menor a 500 puntos, lo que permitiría obtener financiamiento externo y reducir los costos de cobertura. “Ni el propio Estado argentino puede afrontar un evento de esta magnitud”, concluyó.
















