
Ain, es un joven castense que a mediados del 2020 y en plena pandemia dejó su trabajo para crear su propia pyme y dedicarse a lo que siempre soñó. Ya instalado en su nuevo local comercial ubicado sobre la Avenida Perón, Ain realiza trabajos de tornería y metalúrgica, “realizó muchos trabajos en la zona rural, en tiempos de cosecha los contratistas rurales me llaman cuando se les rompe algo en las cosechadoras”.

El hijo del reconocido escultor castense Cacho Fortunsky señaló que no es fácil montar un emprendimiento, sobre todo en época de pandemia y con una situación económica complicada, “arranque con muchas ganas y a fuerza de pulmón, de a poco fui comprando elementos y herramientas para trabajar.
Hoy, el joven castense realiza rectificaciones de placas y volantes de embragues de camiones tractores y de todo tipo de vehículos, también hace roscas milimétricas y de pulgadas.


“El Nino”, así se llama el emprendimiento de Aín Fortunsky, donde también se realiza trabajos a medida para hogares u obras de mayor envergadura, “Realizo también los destapes de las piletas, rejas y portones”.

“Trabajo todos los días hasta muy tarde y siempre trato de agregar herramientas nuevas que sirvan para agilizar y hacer mejor mi trabajo, las maquinas mejoran día a día y yo necesito estar actualizado”.

Ain lleva adelante su pyme sin empleados, y sueña en un futuro no muy lejano poder consolidar su negocio para lograr una estabilidad económica,
En estos días Ain logró realizar un trabajo importante y es un orgullo personal, ya que pudo diseñar una malakate para una empresa foránea que lo utiliza para montar y desmontar antenas de telecomunicaciones, “ la empresa que me contrató para realizar este trabajo en los próximos días utilizará esta herramienta en la antena de Telefónica que se encuentra en la Ruta 102, en cercanías a Castex, para mí es un logro muy importante, porque la empresa es muy importante y destacaron mucho el trabajo que les hice”.

Todos sabemos que el principal obstáculo a la hora de emprender es la incertidumbre sobre los planos de recuperación económica de cada proyecto. Pero, si al tradicional miedo al fracaso se le suma un entorno inestable, el temor a no poder controlar todas las variables hace que muchos proyectos innovadores queden sólo en ideas y nunca se concreten. No fue el caso de Ain que a pesar de las distintas problemáticas que sufrió nuestro país durante la pandemia, pudo establecer su negocio y apostar al sacrificio y al trabajo.
















