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El premio a la perseverancia: Patricia Garín, la castense que nunca se rinde

Hay victorias que no se miden en podios ni en medallas. Se miden en coraje, en horas de esfuerzo, en ese instante en que el cuerpo dice “basta” y el corazón responde “una vuelta más”. Así fue el cierre de temporada para Patricia Garín, la piloto castense que volvió a dejar su huella en el Campeonato Provincial de Enduro, y que esta vez se llevó el mayor trofeo posible: el de la perseverancia.

Una carrera durísima, una historia aún más fuerte

El pasado fin de semana, en Miguel Riglos, se disputó la última fecha del campeonato. Patricia sabía que no sería una competencia más: el circuito tenía casi siete kilómetros por vuelta, entre vías, lomas, troncos y sectores de bosque donde apenas cabía una moto. A ella le tocó completar cuatro vueltas, casi una hora y cuarenta minutos de pura exigencia.
“Me quedé sin brazos… pero la terminé. Durísimo”, contó con una sonrisa que mezcla cansancio y orgullo. Porque, más allá del resultado, Patricia volvió a demostrar que no hay obstáculo que la detenga.

Un camino con pocas mujeres y muchas ganas

Durante todo el año, la castense fue la única representante femenina en la categoría. En cada carrera corrió sola, enfrentando no solo el circuito sino también un contexto que todavía se resiste a ver a más mujeres en los deportes motores.
“De todas las carreras que vengo corriendo, nunca abandoné ninguna. A veces uno puede caerse, lastimarse, pero lo importante es terminar. Este campeonato es un premio al esfuerzo, a la constancia”, dice Patricia, que empezó a andar en moto recién a los 33 años y lleva ya seis temporadas compitiendo en enduro.

Familia, compañerismo y pasión

El enduro no es un deporte solitario. En cada competencia, Patricia corre junto a su pareja Javier Miolano, en la categoría Máster C, y su compañero Facundo Nicoleti, en Junior. Este año, ambos también tuvieron grandes desempeños: Javier finalizó sexto y Facundo, cuarto.
“Nos acompañamos siempre. Es un deporte caro, exigente y muchas veces te deja solo en la pista, pero ahí estás, dando lo mejor”, relata.

El entrenamiento, clave para resistir

Patricia también quiso destacar el trabajo físico y mental que hay detrás de cada carrera. “Nos entrena Mauro Carrizo, de NeuroFit, el gimnasio. Sin él, te digo, sería muy difícil. Es buena parte de lo que nos ayuda a terminar”, reconoció con gratitud.
Ese acompañamiento profesional fue fundamental para afrontar las largas horas sobre la moto, donde la resistencia y el control mental son tan importantes como la técnica.

Más que un podio: un ejemplo

En un mundo dominado por hombres, Patricia Garín representa la resistencia, la pasión y la valentía. Es la prueba viviente de que los límites no existen cuando hay determinación.
“Mi físico no me ayuda en cuanto a la fuerza, soy flaquita, pero lo que me falta en músculo lo pongo en voluntad”, asegura entre risas.

Y así, con las manos adoloridas y el alma en alto, la castense cerró el campeonato provincial como campeona femenina, no solo por puntos, sino por espíritu.
Porque cuando el motor se apaga y la tierra se asienta, queda lo esencial: haberlo dado todo, sin rendirse jamás.

“Es el premio al esfuerzo, a la perseverancia, a terminar todas las carreras. Aunque duela, aunque cueste. Nunca abandoné.” — Patricia Garín.