
La presencia de un día adicional –el viernes no laborable– favoreció el incremento de viajeros y también la extensión de las estadías. En promedio, los turistas permanecieron 2,3 noches, lo que representa un aumento del 15% respecto de 2024, cuando el fin de semana largo había sido de tres días.
En términos económicos, el movimiento generó un impacto de $355.789 millones, cifra que implica un crecimiento real del 34% frente al mismo período del año pasado. Sin embargo, el gasto promedio diario por persona se ubicó en $91.317, un 3,7% menos en términos reales, lo que marca un comportamiento más austero aunque con consumo sostenido en gastronomía, alojamiento y transporte.
Entre los destinos más elegidos se destacaron Mar del Plata, Córdoba, Puerto Iguazú, Mendoza y los complejos termales de Entre Ríos. También registraron una fuerte presencia turística Bariloche, Salta, Tucumán, Tandil y otros corredores serranos bonaerenses, mientras que en la Patagonia sobresalieron El Calafate, El Chaltén, Puerto Madryn y Los Antiguos.

En lo que va de 2025, ya se contabilizan siete fines de semana largos, durante los cuales viajaron 11.964.940 turistas por el país, dejando un movimiento económico total estimado en $2.722.208 millones, equivalente a 1.944 millones de dólares, según el relevamiento de CAME.
















