Una pareja de Bielorrusia desató una ola de indignación internacional luego de tatuar a su hijo de apenas un año con el objetivo de participar en un concurso organizado por un reconocido influencer. El episodio fue grabado y difundido en redes sociales, donde rápidamente generó miles de críticas y denuncias de maltrato infantil.
El concurso, impulsado por el streamer Andrey Burim, conocido en internet como Mellstroy, ofrecía como premio mayor un departamento valuado en unos 60 mil dólares a quienes presentaran videos promocionales “creativos”. La pareja, desesperada por mejorar su situación económica, decidió tatuar al pequeño con el fin de llamar la atención del influencer.
En la grabación —difundida por el portal británico The Sun— la madre del niño explica entre lágrimas:
“Hemos decidido participar en esta competencia. No sabíamos cómo sorprenderte, Mellstroy, así que decidimos hacerle un tatuaje a nuestro hijo de un año. Llevamos tres años viviendo en alquiler y no podemos permitirnos comprar un piso. Estamos hasta las orejas de deudas”.
Durante todo el video se escucha al bebé llorando de dolor mientras le realizan el tatuaje, lo que provocó un fuerte rechazo en redes sociales y en organismos de protección infantil.
Frente al escándalo, Ekaterina Mizulina, directora de la Liga de Internet Segura de Rusia, pidió que se inicie una investigación criminal sobre el caso.
“Se ha tocado fondo. Una familia tatúa a su hijo de un año para participar en un concurso. Puede que el tatuaje no sea real, pero el bebé llora durante todo el video. Enviaremos el material al Comité de Investigación”, declaró la funcionaria, visiblemente conmocionada.
El caso abrió un intenso debate sobre los límites del contenido viral en redes sociales, la responsabilidad de
