
Nacida en Ingeniero Luiggi, esta artista autodidacta comenzó a expresarse desde muy pequeña. A los 4 años ya pintaba con lo que tenía a mano: pasta dental, ladrillo rallado y plumas de gallina como pinceles. Esa infancia rural, entre caldenes y amaneceres abiertos, se convertiría en el alma de su arte.
Su única referente fue Luisa Sofía Funes de Sorenssen, maestra de la Escuela N° 223 del Lote 24. Al jubilarse, cuando Martha tenía apenas 8 años, le regaló sus óleos y pinceles. Aquel gesto fue el punto de partida de un recorrido artístico íntimo, profundo y visceral, que aún continúa.
Las obras de Martha Luz están impregnadas del paisaje pampeano y la memoria afectiva de su niñez. Rostros curtidos por el tiempo, manos trabajadas por la tierra, el vuelo de los pájaros, los caldenares y esos atardeceres inmensos que, como decía René Favaloro, “lo que más sentiría al morir es no volver a ver”.

Su pintura es testimonio, homenaje y resistencia: convierte la tierra en relato visual y lo simple en belleza duradera. Una obra que late con la verdad de lo vivido.
Inauguración: lunes 11 de agosto, hall de la Legislatura de La Pampa.
Entrada libre y gratuita.
















