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Más de 50 niños participaron del cierre anual del Taller de Cocina Ratatouille

El Taller de Cocina Ratatouille cerró su tercer año de actividades con una emotiva y concurrida muestra, donde más de 50 niños y niñas presentaron los platos elaborados como parte del trabajo desarrollado durante el año. El evento contó con el acompañamiento de familiares y amigos, que compartieron una tarde noche colmada de sabores y encuentros.

La propuesta incluyó una gran mesa con preparaciones dulces y saladas, que reflejaron el aprendizaje, la creatividad y el compromiso de los participantes. El cierre tuvo un momento especial con el corte del “pinito” de Navidad, que sorprendió a todos: un brownie de lentejas, símbolo del espíritu del taller, donde la cocina se combina con hábitos saludables y propuestas innovadoras.

La directora de la escuelita, Marilú Giménez, destacó la masiva participación y el clima vivido durante la jornada. “Terminamos el año con una gran concurrencia, más de 50 niños presentaron sus platos y fueron acompañados por sus familiares y amigos, que pudieron disfrutar de un gran banquete. Había dulce, salado y cerramos la noche cortando el pinito de Navidad, que era un rico brownie de lentejas. Ya quedaron recargados de energía para las vacaciones”, expresó.

Visiblemente emocionada, Giménez también compartió una reflexión sobre el significado de trabajar con infancias: “Cuando trabajás con niños no trabajás, volvés a tu niñez, volvés a sorprenderte con las pequeñas cosas. Descubrís que cada palabra, cada gesto queda grabado en un recuerdo. Ser parte de la infancia de otros es una misión, es trabajar por un adulto feliz, con herramientas para afrontar lo que sea”.

Además, subrayó que el taller va más allá de la cocina. “Cuando cocinamos no solo aprendemos una receta, también compartimos la vida, historias cotidianas, preocupaciones y alegrías. Pasar el año rodeada de niños es un regalo de Dios y una gran responsabilidad”, señaló, y agradeció especialmente a las familias: “Gracias por confiarme a sus tesoros, sus niños”.

El cierre del Taller de Cocina Ratatouille dejó en evidencia el valor educativo, social y afectivo del espacio, consolidándolo como una propuesta que promueve aprendizajes, vínculos y recuerdos que acompañarán a los niños y niñas más allá del año lectivo.