
Con esta decisión, SKF pondrá fin a nueve décadas de producción local y comenzará a importar desde Brasil los productos que hasta ahora fabricaba en Argentina.
Desde la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), el secretario general Abel Furlán lamentó el cierre y apuntó contra las políticas del Gobierno nacional: “Mientras el mundo protege su industria, Argentina abre sus fronteras a todo lo importado”. El Ministerio de Trabajo bonaerense intervino para garantizar que las indemnizaciones se abonen con valores superiores a los previstos por ley.
Pese al impacto local, el cierre no responde a dificultades económicas de la compañía: según su balance 2024, SKF registró ventas por 9.300 millones de dólares y un margen operativo del 13,5%. La medida se enmarca en una estrategia global de reducción de costos, que incluye el traslado de operaciones a países con menores cargas laborales.

En los últimos años, la planta de Tortuguitas ya venía reduciendo personal mediante retiros voluntarios y disminución de turnos. El cierre definitivo ocurre en un contexto de caída industrial, apertura de importaciones y falta de políticas de protección al mercado interno.
El presidente de ADIMRA, Elio Del Re, advirtió que “el cierre de SKF refleja un problema estructural: la apertura indiscriminada puede generar precios bajos en el corto plazo, pero destruye la producción nacional a largo plazo”. Según el organismo, la producción metalúrgica cayó 5,2% interanual en septiembre, con el nivel de capacidad instalada más bajo desde junio de 2020. (InfoGEI)Ac



















