
El pasado viernes por la tarde, Costa, acompañado por uno de sus empleados, emprendió una inusual pero necesaria tarea: señalizar los baches de la ruta para alertar a los conductores y evitar accidentes o daños en los vehículos. Con pintura de su propiedad, delineó en blanco la circunferencia de los pozos más peligrosos, trazó cruces unos metros antes de cada uno y hasta escribió la palabra «pozo» sobre el asfalto. Su objetivo principal era advertir a quienes desconocen el lamentable estado del pavimento.
La acción abarcó el tramo que va desde Fortín Olavarría hasta el alteo ubicado entre América y General Villegas, una de las zonas más afectadas. «Lo hago pensando en la gente que transita», expresó Costa en diálogo con el medio local Distrito Interior.

Como símbolo del peligro que representan estos baches, Costa incluso se fotografió dentro de uno de los pozos más grandes, evidenciando su profundidad y el riesgo que implica para los automovilistas. Su iniciativa refleja la frustración de los usuarios de esta ruta, quienes llevan años reclamando una solución sin obtener respuestas concretas por parte de las autoridades.


Mientras tanto, la Ruta 33 sigue acumulando denuncias y peligros. Acciones como la de Costa demuestran el compromiso ciudadano ante la falta de respuestas oficiales, pero también evidencian la urgente necesidad de que se realicen obras de mantenimiento para garantizar la seguridad vial en esta importante arteria del país.













