El mortífero virus H5N1 de la gripe aviar se propagó con más agresividad que nunca entre las aves silvestres y los mamíferos marinos desde su llegada a Sudamérica en 2022, lo que aumenta el riesgo de que se convierta en una amenaza mayor para los seres humanos, según las entrevistas con ocho científicos.
Más preocupante aún es la evidencia de que la enfermedad, antes limitada en gran medida a las aves, parece estar extendiéndose entre los mamíferos. Esta cepa ya mató a un puñado de delfines en Chile y Perú, a unas 50.000 focas y leones marinos en las costas y al menos a medio millón de aves en toda la región.
Para confirmar la transmisión de mamífero a mamífero, los científicos probablemente tendrían que probar las infecciones en animales vivos.
“Es casi seguro que ha ocurrido”, dijo Richard Webby, virólogo del Hospital Infantil St. Jude de Memphis, Tennessee, quien añadió: “Es bastante difícil explicar algunas de estas grandes infecciones y muertes sin que haya propagación de mamífero a mamífero”.
La cepa apareció en docenas de especies de aves, incluidas algunas migratorias, que pueden propagarla más allá de la región, dijeron los científicos a Reuters.
A medida que aumente el cambio climático, los animales se verán obligados a desplazarse a nuevos territorios, mezclándose entre sí de nuevas formas y posiblemente aumentando las oportunidades de que el virus siga mutando.
“Es cuestión de tiempo que se detecte la primera cepa sudamericana en Norteamérica”, afirmó Alonzo Alfaro-Núñez, ecólogo viral de la Universidad de Copenhague.
Riesgo humano
La creciente preocupación llevó a los 35 países de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) a convocar a expertos y funcionarios sanitarios regionales a una reunión esta semana en Río de Janeiro.
El grupo planea poner en marcha la primera comisión regional del mundo para supervisar los esfuerzos de vigilancia y respuesta a la gripe aviar, según dijo a Reuters un funcionario de la OPS. No se había informado de ello anteriormente.
Desde que el virus se detectó por primera vez en Colombia en octubre de 2022, se han conocido dos casos en humanos en el continente, uno en Ecuador y otro en Chile. Ambos se produjeron por la exposición a aves infectadas.
Aunque esos pacientes sobrevivieron, la gripe aviar H5N1 es mortal para los humanos en aproximadamente el 60% de los casos en todo el mundo.
Según los expertos, es poco probable que la Organización Mundial de la Salud eleve el nivel de riesgo para los seres humanos del actual “bajo” sin pruebas de transmisión entre humanos o mutaciones adaptadas a los receptores humanos.
Los fabricantes de medicamentos, entre ellos GSK y Moderna, declararon que están desarrollando vacunas contra la gripe aviar para humanos, y que tienen capacidad para producir cientos de millones de dosis en cuestión de meses utilizando las líneas de producción utilizadas para las vacunas contra la gripe estacional.
Ralph Vanstreels, investigador de la Universidad de California en Davis que estudia las variantes sudamericanas del H5N1, afirma: “Estamos viendo que (el virus) da pequeños pasos evolutivos que a largo plazo se dirigen hacia una posible infección humana”. Todos los años, la Península Valdés de Argentina, en la costa atlántica, se llena de elefantes marinos que crían a sus cachorros.
El pasado noviembre, Vanstreels se encontró con una escena desoladora: cientos de crías muertas y en descomposición en la playa. Los investigadores calculan que murieron 17.400 cachorros, casi todos nacidos en la colonia ese año.
Según los científicos, es muy improbable que todos esos cachorros hayan sido infectados por aves. Los cachorros suelen tener contacto sólo con sus madres, lo que hace sospechar a los científicos que es así como se propaga.
Vanstreels forma parte de un grupo de científicos que trabajan para rastrear las mutaciones genéticas del virus en Sudamérica.
En un borrador publicado en el sitio web de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, analizaron muestras de leones marinos, focas y aves de la costa de Península Valdés. Comparando los genomas de estas muestras con los recogidos en Norteamérica en 2022 y Asia anteriormente, el equipo identificó nueve mutaciones nuevas.
Las mismas mutaciones se encontraron en muestras recogidas en 2022 y 2023 en Chile y Perú, que también se vieron afectados por la mortalidad masiva de lobos marinos y aves.
“Es la primera vez que este virus se adapta tanto a la vida salvaje”, señaló Vanstreels. “Está claro que algo ocurrió en Perú y en el norte de Chile donde adquirieron estas nuevas mutaciones”.
En el borrador del documento, los investigadores señalaron que las mismas mutaciones estaban presentes en uno de los dos casos humanos del continente, un hombre de 53 años que vivía a una cuadra de la orilla del mar donde se congregaban las aves marinas.
Los investigadores afirmaron que ese caso “pone de relieve la amenaza potencial que suponen estos virus para la salud pública”.
(Con información de Reuters)