Se colocará en Castex una pala de una hélice del avión que rescató a los náufragos del Crucero Belgrano

La pala de una de las hélices de la aeronave Neptune 2-P-111 que encontró a los náufragos del Crucero A.R.A General Belgrano se colocará en la Plazoleta Héroes de Malvinas el próximo 8 de septiembre durante un acto que estará enmarcado en la celebración del 116° aniversario de Eduardo Castex.

La llegada de esta pieza de un valor invaluable será el próximo domingo 8 de septiembre y será colocada en la plazoleta Héroes de Malvinas que se encuentra ubicada en la intersección de las rutas Nacional N35 y Provincial N102. El acto formará parte de las actividades programadas para el aniversario N° 116 de la localidad.

La llegada de la paleta de una de las hélices del Neptune 2-P-111 será sin dudas un acontecimiento más que importante, una parte de una de las dos aeronaves que participó de la búsqueda contrarreloj de los náufragos del Crucero Belgrano, cuyas balsas estaban a merced de un mar particularmente embravecido.

El 8 de septiembre a las 15hs se desarrollará el acto y posteriormente, a las 18hs, tripulantes de Neptune 2-P-111, brindarán una charla en el Hall Municipal.

EL NEPTUNE 2-P-111 (*)

El 2 de mayo del año 1982 a las 16:02, el Crucero ARA General Belgrano, fue alcanzado por dos torpedos disparados por el submarino nuclear ingles Conqueror que le produjeron posteriormente su hundimiento y donde murieron 323 marineros. El resto de la tripulación debió abandonar el navío, abordar las balsas de salvataje a donde permanecieron a merced del frio y del fuerte oleaje hasta que fueron rescatados y trasladados hasta la ciudad de Ushuaia.

Informados del ataque del navío, se pudo en marcha un operativo de rescate por mar y aire, por lo que 21 horas más tarde, los náufragos fueron avistados por ese avión de la Armada Argentina.

En las primeras horas del día 3 de mayo, diez hombres tripulando la aeronave Neptune 2-P-111, despegaron del aeropuerto de Río Grande con rumbo al área del hundimiento del Crucero, con la misión y el anhelo de encontrar a los sobrevivientes.

A las 12 horas de ese mismo día la aeronave llegaba al límite de su autonomía de combustible, para efectuar un regreso seguro al aeropuerto de origen. Pero estando su comandante consciente que una noche más en el mar podría cobrar mayor cantidad de vidas entre los náufragos y que la esperanza de hallarlos comenzaría a diluirse con el paso de las horas, puso a consideración de su tripulación la decisión de continuar la búsqueda, cuyos miembros no dudaron seguir adelante, sabiendo que de continuar con la misma corrían verdadero riesgo de no poder retornar a tierra. Por lo que a costa de sus propias vidas, tomaron la heroica decisión de extender la localización de sus camaradas.
Poco tiempo más tarde de esa decisión, el radio-operador pudo captar el primer enlace radioeléctrico con una de las balsas, y a las 13:20 horas avistaron las primeras 15, junto a un bote con náufragos. Inmediatamente lanzaron las marcas humosas y regresaron, habiendo transmitido las coordenadas para que los buques más cercanos pudieran ejecutar el rescate de los sobrevivientes.

Con muy poco combustible en los tanques, el comandante de la noble aeronave puso proa hacia el aeropuerto de Río Grande en un vuelo reducido sin saber si llegarían a la pista o si tendrían que efectuar un aterrizaje de emergencia. Sin embargo, con el último resto de combustible de reserva, el Neptune tocó pista habiendo cumplido acabadamente con la misión encomendada.

El Esfuerzo, la abnegación, la valentía y el espíritu de sacrificio que guió a esta Tripulación permitieron salvar 770 vidas.

(*) ZONA MILITAR