
El hospital Tallahassee Memorial HealthCare recibió a los seis heridos, según confirmó su vocera Stephanie Derzypolski al diario Tallahassee Democrat. Aunque no trascendieron detalles sobre las identidades de las víctimas, se precisó que uno de los pacientes permanece en estado crítico y los demás presentan lesiones de consideración.
El tiroteo se registró minutos después de las 12 del mediodía (hora local), lo que motivó que la universidad emitiera una alerta por “tirador activo”. En respuesta, fuerzas de seguridad locales y federales —incluyendo el FBI— comenzaron un despliegue en el campus, donde se difundieron imágenes de agentes fuertemente armados recorriendo edificios y resguardando zonas clave.
Las autoridades confirmaron que una persona fue detenida y permanece bajo custodia, aunque hasta el momento no se difundieron detalles sobre su identidad ni las motivaciones del ataque.

Con más de 40.000 estudiantes, la FSU enfrentó horas de máxima tensión. Algunos alumnos permanecieron encerrados en aulas durante el operativo, y se utilizó un código interno para informar que se encontraban a salvo.
Desde sus redes sociales, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, expresó que las autoridades “están respondiendo activamente” y envió sus oraciones a las víctimas. Por su parte, el presidente de la Cámara de Representantes estatal, Daniel Pérez, calificó el hecho como “la peor pesadilla de cualquier padre”.
Como medida de seguridad adicional, el condado de León ordenó el cierre preventivo de todas sus escuelas y colegios. La investigación continúa abierta.